Ocho meses más tarde. Sensaciones parecidas a las de la última vez. Cremoso, equilibrado, con una burbuja fina y al mismo tiempo persistente. Acidez muy compensada. Refrescante y con buena estructura. Un básico muy completo.
Los champagnes de este productor suelen parecerme poderosos y con mucha personalidad, sobre todo los de añada. Este brut es mucho más que la puerta de entrada a la bodega. Muy bueno.

Dorado, limpio y brillante. Burbuja finísima.
Nariz muy equilibrada sustentada por una gran frescura. Cítricos, manzana verde, almendra, levaduras, mantequilla, Pastilla Juanola, balsámicos, piedras y otro tono característico que en estos momentos no somos capaces de descifrar.
Paso amargo, refrescante y de gran acidez. Carbónico perfectamente integrado, de los mejores que recuerdo en un espumoso. Notas primarias, mentoladas, punzantes y pedregosas.
Largo final.
Sorprendente este Champagne, una magnífica inversión de 26€ que produce mucho disfrute. Me ocurre muchas veces con los vinos de esta zona, me gustan más sus categorías básicas que sus elaboraciones superiores.

Dorado brillante, burbuja media y escasa.
Más limpio que intenso en nariz, se muestra abierto desde un primer momento con toques de flor seca, piel cítrica, un fondo mineral y balsámico, frutos rojos, bollería y especias. Nariz de gran frescura y limpieza, que nos prepara para lo que llega.
En boca muestra su clase y su estilo, es un Champagne fresco, de limpia acidez, equilibrado, con buena longitud y que deja un grato recuerdo cítrico, mineral y de frutas frescas en el final. Carbónico perfectamente integrado contribuyendo a una sensación vínica que le hace totalmente adictivo.
Nos encontramos ante un Brut de base de un finísimo productor de Ambonnay que resulta sencillamente adictivo por su tremendo equilibrio, destacando su frescura en su paso y la magnífica burbuja que tiene, siendo un vino cremoso y delicado, de esos que se beben sin moderación. Unos 26 euros, muy buena RCP.

Amarillo suave con burbuja pequeña, bastante abundante y constante.
Nariz aromática e inusitadamente fresca para un Pinot Noir: predominan aquí los cítricos, la fruta fresca -pera, manzana-, las fresitas silvestres y un punto de nuez moscada. Ligero fondo mineral.
Ese frescor también encuentra reflejo en boca, donde una acidez cítrica se impone agradablemente sobre las sensaciones de manzana asada, fresones, piel de naranja. Frescura y suavidad, un toque de elegancia y notable persistencia. Muy satisfactorio y para tomar a cualquier hora.