Si Dios se pusiera a hacer un oporto, probablemente primero consultaría a Quinta de Noval cómo es que hacieron este Nacional.
Recién descorhcado el vino seduce con aromas de ciruelas, cerezas en licor, arándanos, humo de habano y minerales. Tras hora y media, esto ya es "otra cosa" que es inútil intentar describir, aunque lo intentaré: cuero, maderas finas, especias, y un largo etcétera. En el paladar, este Nacional no toma prisioneros. La sensualidad de cuadro de Rubens de los aromas me engaña, y me deja mal parado para el asalto, autoridad y virtuosismo del paso en boca. La fruta tiene una pureza asombrosa, cubierta de tostados y chocolate blanco, especias, nueces; todo en envuelto en una cobija de taninos de cashmere y un final de escándalo.
No conozco el himno nacional de Portugal, pero quizá algún día lo pudiera aprender sólo para cantarlo con una copa de oporto Nacional.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.