De color piel de cebolla ligeramente cobrizo y burbujas finas y rápidas.

De color piel de cebolla ligeramente cobrizo y burbujas finas y rápidas. Limpio y brillante. Precioso.
Nariz inicialmente cerrada, se va expresando más y más con el tiempo en copa. Y es un verdadero espectáculo: flores, fruta roja (cerezas, fresas, frambuesa), toques de anís e hinojo, ligeros ahumados, notas de sotobosque, tamiz mineral. Cada vez más intenso y evocador, cambiante en copa con registros que van desde la fruta escarchada hasta la manzana asada. Una nariz increíble y seductora.
Y en boca confirma lo que nos temíamos: que es un vino único. Es vínico, largo, largísimo, estructurado, con una excelente acidez, envolvente y explosivo, cremoso. Un placer para los sentidos. La integración del carbónico roza la perfección. Acaba de nacer y se puede consumir ya, pero aguantará mucho tiempo en botella evolucionando positivamente. Conviene beberlo en copa de cáliz ancho.

Producto de una excelente añada, un vino único, inimitable, seductor, es un Borgoña Grand Cru con burbujas. Su precio, de más de 250 euros, lo convierte en una locura pero eso sí: ¡Bendita locura! Pura felicidad en tan sólo 75 cl. de vino. Enamorado quedé de esta maravilla.