Privilegio de un amigo bodeguero (Rafael Bernabé), que puso en mis manos

Privilegio de un amigo bodeguero (Rafael Bernabé), que puso en mis manos uno de sus "hijos", nacido para ser bebido al otro lado del charco. Lástima, y ojalá se encuentre el modo y manera de que también en España quede en un futuro cercano.

Impresiona desde el comienzo la contundencia de su color - oscuro cárdeno - la fortaleza de su lágrima -, el entintado de la copa es difícil de enjuagar posteriormente -, la plenitud de un licor (14,5º) que llena la boca, y las notas acumuladas en el trago(fácil). Así, grafito, canela, ciruelas, regaliz, madera (un pelín más que en su “hermano” Beryna) van apareciendo sucesivamente, con un equilibrio sobresaliente, rematado con una ligerísima astringencia.

Vino de grandes ocasiones, excelente para comidas de carne y salsas, pero mayúsculo para disfrutar “a palo seco”. Provocaría bofetadas entre los aficionados si se comercializase en España, con seguridad.