Equilibrio

Rubí con ribetes rojizos y capa media.
Media intensidad en una nariz que va claramente de menos a más, le viene muy bien el aire. Poco a poco va dando notas terciarias y animales, piel curtida, caza de pelo, sangre, bosque umbrío, hojarasca, trazas de especias y tabaco de pipa, con alguna traza mineral. Con más aire nos muestra ya una fruta roja madura y licorosa. Con misterio.
En boca nos da la sensación de ser un vino redondo y encantador, totalmente listo para su consumo, con esa acidez tan viva y un paso muy bien balanceado con ligereza y peso, dejando en el final recuerdos de frutas maduras amargas, especias y trazas terrosas. Tanino fundido y buena persistencia.
Un Monte Real de la escuela clásica y en plena forma con casi 40 años, fresco y con viveza pero con ese equilibrio de los grandes vinos que tienen un poco de todo sin destacar en nada especialmente, un vino de placer y con una clara identidad riojana de la época, un gran vino al fin y al cabo. Muy bueno.

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