Rojo cereza de capa alta. Nariz fina, de intensidad elegante, con aromas de frutillos rojos en compota sobre tonos de una fina madera, hojarasca vegetal, tabaco habano, especias, humo de hojas verdes. La aireación le sienta muy bien, dando matices leves de una mineralidad fina ( Talco y Calcáreos ), que se unen muy bien a la frutilla roja madura. En boca es un vino de correcta estructura, bien compuesto, con una pequeña sensación frutal alicorada – torrefacta en el paso que llega hasta el posgusto, de buena persistencia y donde se agarra el recuerdo frutal con sensaciones astringentes de los taninos del hollejo. Elegante en su concepto, aunque le falta su correspondiente crianza en botella. Buen comienzo para esta nueva Bodega de La Ribera, que ayuda a sembrar estilos modernos y conceptos técnicos en esta zona, que deben de hacer pensar a muchas de las Bodegas que se iniciaron a principios de los 90 tras las estela de Tinto Pesquera. Botella Magnúm.