No es un vino fácil de catar.

Rojo picota de capa alta y pequeño ribete granate teja. En nariz muestra cierta sensación vegetal y de piracina, maderas nuevas y savia, después sale la pimienta, cacao verde y otras especias, la fruta es del bosque entreverada y se perciben balsámicos. Hay hojarasca, con un fondo de sotobosque que intenta abrirse camino en cada golpe de nariz, cueros finos, cajón semillero, tierra de maceta y hoja de tabaco verde. Noto unos toquecitos verdosos / herbáceos. En boca tiene un ataque de fruta negra sobre canela algo diluida, bajo sensaciones de regaliz y de maderas nuevas. En el paso desarrolla matices algo verdosos y levemente astringentes, hasta llegar a un posgusto que no acaba de acoplarse del todo, mostrando esas sensaciones vegetales, especiadas y de café verde. En su final hace una intención de captar más volumen – cremosidad, pero se queda en eso, en intento. La botella lo determinará todo y estoy hablando como mínimo de 5 – 10 años, lo cual es un valor añadido respecto a la curiosidad que tengo, desde ahora por este vino y añada. No es un vino fácil de catar, ya que a pesar de esta indefinición no hay defectos, lo que te hace dudar de ti mismo en ocasiones. Me da la sensación que el tema va por las variedades utilizadas, la madurez en vendimia ( 2002 ) y su coupage, y las maderas que han utilizado en su crianza. En cata a ciegas jamás hubiese dicho que era un Rioja. Conforme se airea en decantador, evoluciona muy bien, creo que estamos ante un vino al que le falta una o dos décadas en botella, y entonces con sus terciarios ( es curioso, pero hay muy pocos ) le daremos un sobresaliente. Intentaré tomar otra botella, aunque no me quedan más de esta añada, para ver si se repinten las mismas sensaciones.