Una joya enológica que confirma que lo que se hace bien, dura y perdura.

Una joya enológica que confirma que lo que se hace bien, dura y perdura.
Conservado en un rincón perdido de un horno de pan (sic)
Carbónico perfectamente integrado y visible en forma de rosario de burbuja muy pequeña, agrupado y dispuesto en el centro de la copa.
Amarillo paja con destellos dorados. Nariz compleja con predominio de pastelería fina, vainas de vainilla, algún toque a tostados y fondo anisado. Retronasal dominado por los aromas de pan tostado.
En boca larguísimo, cremoso, carbónico muy bien integrado.

Francamente, diría que este cava está en su mejor momento y no creo que exagere.

Con Celler Batlle, creo que es un cava para guardar hasta 5 años más después de su fecha de compra sin ningún problema.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar