Algo de fruta negra licorosa escondida tras toneladas de terciarios, humo, pólvora, cuero, tierra,… Unido a un apreciable color granate, empiezo a pensar que algo huele a podrido en Dinamarca y que este vino podría estar oxidado de más, porque siendo un 2020 no me cuadra este nivel de evolución, pero me indican que “el vino es así y está muy bueno”. Como donde manda patrón no manda marinero, callo y me lo bebo. Pero mi nota ya no hay ni patrón ni Dios que la cambie…