Catamos este vino en bodega y nos sorprendió, como único pero encontramos la acidez justa ( supongo que al ser un blanco de uvas tintas la acidez es mas baja, se nota menos. Es una teoría mía, no lo tengo claro).

   Aunque es un buen vino,  sobre todo en boca, hoy no me sorprendió tan gratamente, si lo hubiese catado en copa negra me hubiese ido a un vino rosado, la fruta roja nos lleva por ese camino, los cítricos recuerdan la naranja, con toque floral y de bollería, todo junto a la mineralidad, con final de boca ligeramente amargo.

Lo primero que sorprende es el color, que no tiene! Un amarillo muy pálido que sorprende viniendo de una Tempranillo!

Mucho láctico y bollería en nariz. También cítricos (corteza de limón), melón maduro y minerales. Quizá también algún toque tropical y tostados de la crianza.

En boca es untuoso, seco y amplio con persistencia media. En el retrogusto vuelven los minerales, intensos, y el melón. Final algo amargo que no molesta. El alcohol, que no es bajo (13.5%) está bien integrado.

Tal vez un poco corto de acidez si pensamos en la guarda, pero muy sabroso y listo para el consumo.