Nos encontramos ante un vino blanco de aspecto brillante y en pigmentación en copa en matiz acerado, corazón amarillo pajizo y destellos oro blanco. Superficie limpia y buena.


En su fase olfativa a copa parada en una primera impresión es elegante y bueno. De intensidad alta y de buena calidad afloran aromas primarios de carácter afrutado a fruta blanca (manzanas y peras), cítricos y herbáceos a hierba recién cortada y hierbabuena; y secundarios, de carácter lácticos a mantequillas. Aromas de persistencia larga. Ya en copa agitada tienen mayor presencia los aromas de tipo secundario procedentes de la evolución con sus lías.


Ya en su fase gustativa nos encontramos con un vino elegante en boca al ataque, seco, con un paso por boca sedoso y envolvente, fresco, con potencia alcohólica suficiente y complejo. En retronasal se presta con una intensidad alta, de muy buena calidad y de naturaleza compleja, que recuerdan a lo percibido en nariz (fruta, y lácticos). Postgusto un tanto amargo, por ende, presenta una arista de desequilibrio que en parte es buena en lo que respecta al blanco. Persistencia en boca larga.
Impresión final muy buena.


Temperatura de servicio: 6/8ºC
Maridaje: Arroz a banda con sus tropezones de gambitas y calamar
Zona: Vino de la tierra de castilla y león
Uva: Verdejo
Año: 2020
 

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