Vino encerrado en una botella bordelesa que está vestida con una alegre y desenfadada etiqueta, que respira modernidad. Correcto el corcho que la cierra que es un genérico de aglomerado y en el que se señala su D.O..

      A la vista un color rojo picota de capa alta. Limpio y brillante. Con buena, gruesa y lenta lágrima en su desplazamiento por el cáliz de la copa. Ribete granatoso e incipientes notas teja.

     En nariz frescas frutas rojas en forma de cereza y débiles fresas. Madera integrada. ¡Manda la fruta!.

     En boca es frutal, equilibrado, cierta elegancia, con juventud, con los taninos domados y percibiéndose los meses de su estancia en roble. Mantiene una fresca y jovial acidez que invita a beber y que le puede dar 2-3 años más de vida. Grato paso de boca. Es un vino largo. Me da una permanencia de 2,30 minutos. Un vino que evolucionará con prontitud.