De los riberas amables, con cuerpo pero con mucha elegancia.
Equilibrio entre la fruta negra madura y fresca y la crianza ( muy bien puesta), balsámicos que aportan frescura. A pesar de la juventud es ya muy disfrutable ( pocos vinos de La Ribera les pasa esto), con los taninos marcados pero sin astringencia.
Final largo y amable, totalmente aconsejable, seria bueno catarlo dentro de aproximadamente 5 años para ver su evolución que promete.
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