Probamos en Dic-2018 este mismo vino de la añada 2016, un pelín simplón. En esta ocasión un amigo nos han traído la añada 2018, a ver qué tal. Sacamos la botella de la nevera y servimos a 10°C para su valoración.
VISUAL: De color amarillo pajizo, bastante cristalino y con reflejos acerados (85).
OLFATIVA: En nariz asoman aromas frutales de manzana verde y un toque cítrico de mandarina. También aparecen apuntes herbáceos de hinojo y algún toque de levadura. Intensidad baja, nos cuesta identificar los prescriptores, al contrario que el 2016 (84).
GUSTATIVA: En boca es de acidez baja y muy untuoso. Paso por boca sedosito con aromas retronasales a caramelo de limón y un ligero toque herbáceo de manzanilla. Post-gusto muy dulzón con notas de pastelería (crema inglesa), de lácteos que nos recuerdan a un yogurt de limón y de nuevo apuntes de fruta blanca. Poco persistente, apenas 1 minuto. En la línea del 2016 aunque con peor nariz y mejor boca la de éste 2018. No obstante se trata de un vino simple, sin pretensiones y que como aperitivo está muy bien (pero no le pidamos mucho) (82).
La RCP me parece floja. Cuesta unos 8 euros al cambio pero debería costar 4.
MARIDAJE: Nos lo tomamos con un rico arroz caldosito de langostinos y almejas. La verdad es que el toque dulzón de nuestro vinito le fue muy bien al delicioso caldoso pues equilibró maravillosamente sus notas marinas y salinas.
Salud-os!!
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