Muy bien estructurado, intenso y muy largo.

Mi buen amigo Hipólito me ha traido amablemente tras su viaje por España este vino que por suerte desconocía. Así que no tardo mucho en descorchar y proceder a su valoración. Viñedos de 75 años lo cual siempre es de agradecer. Abrimos la botella y dejamos respirar por espacio de unos 90 minutos. Tapón impecable, compacto y tintado un par de mm desde su base.

VISUAL: Presenta un color rojo picota de capa media-alta con un luminoso ribete en tonalidades rubí agranatadas. Lágrima abundante, lenta, fina y transparente (88).

OLFATIVA: En nariz es espectacular. A copa parada nos brinda intensos aromas a mermelada de moras y regaliz de palo. Al mover el líquido emana fragancias herbáceas de hierbaluisa y orégano, especiados de pimienta, canela y vainilla, balsámicos a poleo de menta y eucalipto así como unos elegantísimos recuerdos minerales arcillosos. En la pátina terciaria encontramos apuntes de chocolate negro y notas de ebanistería fina. Deliciosa nariz, de alta intensidad e increíble complejidad (93).

GUSTATIVA: En boca es de escándalo, opulento, carnoso y de brutal amplitud. Su acidez titánica, con unos taninos tremendos, marcados pero sin molestar. Poderoso donde los haya, intenso y en plena fase ascendente. Retronasal que nos recuerda a la compota de frutos del bosque, arándanos, frambuesas y moras con algunas notas herbáceas. Post-gusto singular, con recuerdos especiados ligeramente picantes de pimienta rosa. Vinazo muy bien estructurado, intenso y muy largo con una persistencia de casi cuatro minutos. Le quedan al menos cinco años de gran disfrute con un potencial de crecimiento indiscutible. Gracias Hipólito por este regalazo (93).

La RCP no la califico por ser un regalo.

MARIDAJE: La botella cayó en tres tandas. La primera con un platazo de embutidos y jamón ibérico. Como siempre un placer observar lo bien que se complementan las notas especias y grasas de los embutidos con esa portentosa acidez degrasante. El segundo día acompañó un pollo al horno con tomillo y patatas panadera. Otro disfrute con aromas herbáceos yendo y viniendo por ambos lados. Y por último lo maridamos con un suculento chuletón de ternera local a la salvia con mellocos. Vino muy apropiado para lidiar con tan colosal pieza de res. Apuntes cárnicos y sanguíneos en total armonía con las notas minerales y de chocolate negro. Por Dios qué gozada amigos!!

Salud-os!!

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    Expatriator69

    Fotos:

    • El vino

      El vino

    • En la copa

      En la copa

    • Contraetiqueta

      Contraetiqueta

    • Con el embutido ibérico

      Con el embutido ibérico

    • Con el pollo al horno

      Con el pollo al horno

    • Con el chuletón a la salvia

      Con el chuletón a la salvia

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