Complejidad sensorial diferente y con mucho sotobosque umbrío.

Rojo cereza de capa alta y pequeño ribete teja. Estupenda y desarrollada nariz que ha necesitado una hora en el decantador para desarrollar aromas de frutillos silvestres sobre notas terciarias, especiadas, de sotobosque, tierra de maceta, humus, corteza vegetal, que le dejan un claro perfil abigarrado y de tierra húmeda batida. Maderas aromáticas en descomposición, líquenes y calado subterráneo. Especias y grosellas. En boca es de ataque rico, condensando, con sabores de fruta negra tostadita y muy buena acidez. Paso algo amargoso, fruta, especias, regaliz negro y café verde. Por vía retronasal salen las grosellas, la pimienta molida y esa sensación de madera verde quemada que le da un carácter empireumático herbáceo. Un vino que mantiene un estilo muy vegetal y de piracina, con gran riqueza olfativa y matices ensamblados tras los años de botella. Parte de estas sensaciones creo que provienen del tipo de barrica de su crianza, del tostado y otros de la combinación de muchos factores, como en todos los vinos. Creo que está en un excelente momento para seguir su camino en la botella.

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