Rojo cereza de media capa y ribete teja. Nariz especiada, con aromas de frutillos silvestres en confitura, también de gajos de naranja, notitas de vainilla y canela, pimienta negra, cueros y leves matices de la serie animal. Sotobosque, hojarasca, menta, jara y retama. En el final de nariz la fruta adquiere la sensación de grosella con ese carácter especiado y de bosque umbrío. En boca es rico, frutal, sedoso en el paso donde también sale una leve nota amargosa como de café o cacao y por vía retronasal tiene esa sensación de cueros nobles. Posgusto vegetal / hojarasca, fresco y esa pequeña sensación de la serie animal que en este caso deja un sabor un poco dulce y de continuidad por vía retronasal en su misma serie terciara. Un vino complejo, en buen estado evolutivo y en donde las notas frutales se ven envueltas en las de sotobosque con ese pelín de cueros recién curtidos que guiñan el ojo a los terciarios más complicados. Últimamente me estoy encontrando unos crianza tanto de Rioja como de Ribera de la década de los 90 e inicios de 2000 que han evolucionado en botella estupendamente, incluso mejor que sus reservas. Este vino es una maravilla, que pena que era mi última botella.
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