Porque mantiene esa frescura, ese toque joven, pero joven con una cabeza bien amueblada.
La nariz tiene las mismas notas maduras que en la nota de cata anterior, pero es que tiene las mismas notas frescas y herbáceas!!!! No ha bajado ni un peldaño de frescura, pero ha ganado un pelín de complejidad, con flores, esa fruta un punto más madura, pero sin llegar a ser dulzona, herbáceos, mineralidad, un punto de matorral y esos anisados ricos.
La boca sigue tremendamente fresca y muy frutal, con un apunte más goloso (aquí sí). Hay flores, mineralidad, toques cítricos y un postgusto largo y fresco.
Buen básico de verdejo que en esta añada me está gustando mucho.
Pues veo a este Cuatro Rayas más maduro que en su añada anterior, ya que a pesar de su acidez afilada, hay más fruta fresca.
Y ya se nota en nariz con esa fruta fresca y madura en forma de manzana, algo de tropical con piña y melocotón, flores, hierba seca, anisados, mineralidad, un ligero toque dulzón de la propia fruta y unos suaves herbáceos. Nariz fresca, pero con una buena carga frutal
En boca hay una gran y refrescante acidez, fruta madura como manzana, piña, albaricoque, flores, herbáceos, frescura, una carga ligeramente mineral.... El retrogusto es largo y perfumado. Entrada muuuuy fresca, pero mucho mejor que la probada de 2015.
Un buen básico!
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