Sápido, fresco y con una tanicidad integradora que realza las papilas gustativas gracias a las grosellas y las especias.

Cereza de capa alta con ribete granate ocre - teja. Nariz compleja, con aromas de especias y maderas aromáticas. Hay frutillos rojos del bosque en mermelada ( fresillas y arándanos ), con algo de hojarasca, también es balsámico y vegetal. Detrás sale una leve nota terciaria que recuerda a los cueros finos y la ebanistería ( sándalo ). Nariz que crece conforme se airea y que sigue siendo fresca, frutal, vegetal y sin ninguna nota que le afecte negativamente desde el punto de vista evolutivo, con un final que se me antoja terroso. Todo empieza a sonar bien, de forma orquestada bajo cierto estilo bordelés. En boca es muy rico, integrado y equilibrado, con sabores de frutillos rojos del bosque en confitura con matices especiados, de tabaco y notitas tostadas - vegetales domadas que le dan ese toquecito exótico proveniente del coupage con las variedades internacionales, junto con su perfecta acidez. Es sápido, fresco y con una tanicidad integradora que realza las papilas gustativas gracias a las grosellas y las especias que percibes en el paso. Lo que tiene lo muestra cercano y de forma educada, su estructura tánica, frutal, especiada y vegetal está muy integrada y por ahora solo le veo mejoría en botella. Con un perfil ciertamente internacional lo catalogaría como uno de los RD de 1997 ( en 2021 ) que más me han gustado. No se si las añadas actuales ( de todas las bodegas de RD ) podrían aguantar otros 23 años así.

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