En fase ascendente

Cinco meses después volvemos sobre este vino de Pago que tanto nos gustó. Abrimos esta botella una hora antes de proceder a su cata. El tapón excelente, largo, compacto y tintado un mm desde su base. Servimos a 17°C:

VISUAL: De color rojo picota de capa alta, con mucho brillo, con el ribete burdeos-rosáceo. Lágrima muy abundante, fina y transparente (94).

OLFATIVA: En nariz encontramos intensos y concentrados aromas de fruta negra en compota así como un fuerte carácter balsámico. En movimiento nos trae recuerdos de sotobosque (tomillo), de rosas marchitas, especiados a pimienta negra y clavo, notas de castañas asadas, te negro y un toque mineral muy presente. También surge una buena pátina terciaria, café en grano, chocolate negro, cuero curtido y un fondo potente amaderado, tostados, roble y duelas envinadas. Con una intensidad media-alta de nuevo nos ha impresionado su gran complejidad (92).

GUSTATIVA: En boca es una bomba. Alta acidez, carnoso, amplísimo y con un punch impactante. Los taninos aún se dejan notar lo cual le da un porte muy señorial mostrando una estructura impresionante. En retronasal encontramos de nuevo la fruta madura, recuerdos minerales calizos y unos finos y elegantes apuntes tostados. Es pura elegancia en boca, potencia y a la vez una armonía perfecta entre la fruta y la madera, ni una sola arista que desentone. Cada sorbo es un gran placer y una explosión de sabores y aromas, realmente un vino excepcional. Le siguen quedando unos cuantos añitos para disfrutarlo. En estos momentos creo que aún está en fase ascendente aunque cerquita de su clímax, en unos tres años máximo a mi criterio menos tiempo del que pensé en mi anterior valoración. De hecho esta botella, tan solo cinco meses después, se nota más redondeada en boca (93).

La RCP me mantengo en que es muy buena.

MARIDAJE: Nos tomamos este vino en tres ocasiones. Con un roast beef al horno con verduritas, con el surtido de ibéricos y la última con unos jugosos bistecs de ternera con tortilla de ajos tiernos. Con el jugoso roast-beef fue un apoteosis, esos apuntes cárnicos y sanguíneos maridaron espectacularmente con los concentrados sabores balsámicos. Con el embutido otra delicia, especialmente con el jamón de bellota pues las notas minerales y los tostados fueron un contrapunto perfecto. Y por último con los bistecs y la torillita de ajetes de nuevo goce absoluto. Gran vino y muy gastronómico.

Salud-os!!

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    Expatriator69

    Fotos:

    • El vino

      El vino

    • En la copa

      En la copa

    • Contraetiqueta

      Contraetiqueta

    • Con el roast-beef

      Con el roast-beef

    • Con el embutido

      Con el embutido

    • Con el bistec y la tortilla de ajetes

      Con el bistec y la tortilla de ajetes

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