Un vino que me "sulibella".

Este es uno de esos vinos que me llamaban mucho la atención y que al final me decidí a comprar. Los crianzas y los reservas de esta bodega me habían causado muy buenas sensaciones y por tanto no esperamos menos de este reserva de producción limitada (12.200 botellas) y 30 meses de crianza.
La presentación es impactante y moderna, botella muy estilizada con un relieve de finas líneas horizontales negras que opacan el vidrio sobre las que están serigrafiadas unas visibles letras doradas.
Abrimos la botella con el abridor de tijeras. El tapón impecable, compacto y tintado sólo en su base aunque un poco corto. La dejamos airearse por dos horas antes de su cata a 17°C:

VISUAL: Nos enseña un bonito color rojo picota de capa media-alta, cristalino y brillante, con el ribete cardenalicio. De lágrima transparente, fina y muy abundante (91).

OLFATIVA: A copa parada hay mucha fruta negra madura (higos y ciruelas pasas). Al agitar la música empieza con unos compases florales de rosas marchitas, notas de sotobosque, romero, tomilllo y algo de trufa negra, especiados de pimienta y clavo y unos finos tostados de la barrica. El segundo movimiento empieza con la gama de terciarios, chocolate negro, caja de puros, regaliz, cuero curtido y café torrefacto. Los recuerdos de maderas finas dan una apoteósica nota final a un complejo y armónico bouquet. Equilibrada nariz de intensidad media (91).

GUSTATIVA: En boca es una maravilla. Sedoso y lácteo, amplio, carnoso y con unos taninos espectaculares, notorios pero dulces. Con un buen ataque y de alta acidez es poseedor de una sobria estructura, perfectamente ensamblada, mostrando un carácter elegante y señorial. En retronasal nos aporta más fruta negra madura (moras), notas de avellanas tostadas y de nuevo un claro recuerdo a cacao. Su persistencia es alta, de unos tres minutos y medio. Menudo vinazo que tenemos entre manos, en fase ascendente, realmente no sabría decir cuánta cuerda le queda hasta su clímax... ¿tres, cinco, diez años?. Materia prima desde luego la hay, excelente sinergia entre el tempranillo y la garnacha. Viendo el punch que atesora, apostaría que estamos sobre un 10% de garnacha como mínimo. Soberbio en boca, un vino para deleitarse en su cata. Todo lo que pruebo de esta bodega es sobresaliente, pero éste se lleva la palma, un vino que me "sulibella" (94).

La RCP la considero muy buena, pese a costar unos 25 euros se trata de un gran vino.

Maridamos este delicioso caldo con un crujiente pollo al horno aderezado con tomillo y pimienta negra. Acertamos plenamente la combinación, armonía total entre los aromas especiados con el vino siempre mostrándose protagonista.
Definitivamente hay que comprar más botellas. Enhorabuena a Bodega Classica, esta vez se han superado.

  1. #1

    Expatriator69

    Fotos:

    • Delicioso pollo al horno

      Delicioso pollo al horno

    • El maridaje

      El maridaje

    • Contraetiqueta

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    • En la copa

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    • El vino

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