Espectacular: maduro, potente, sedoso, aún con nervio pero ya bastante redondo

Botella bordelesa de hombros anchos, vidrio de buen grosor y cierto peso.

Etiquetado típico de este vino, clásico y austero pero con mucha información (incluso la fecha de consumo óptima, que va del año 2003 al 2019).

Cápsula marrón claro algo deteriorada.

Hemos sacado el vino a 14ºC de la vinoteca.

Corcho de buena calidad y longitud pero que, no aguanta ni sacando con sacacorchos de láminas. Se rompe por el interior (donde estaba bañado en vino hasta 2-3 mm). Huele bien aunque con ligeras notas reductivas. 

Filtramos y decantamos en decantador de barriga ancha. Dejamos decantado hora y pico.

Visual

Picota oscuro de capa alta, ribete anaranjado-teja-transparente, limpio (salvo posos en el filtro del decantador), brillante y de fina y abundante lágrima de lenta caída.

Estupenda visual para 19 años, botella y etiquetado de muy buena presentación, cápsula y corcho más flojos pero, en general, bastante bien. (8,6)

Nariz

De alta intensidad a fruta negra madura, especias dulces, regaliz, vainilla, herbáceos de monte bajo, balsámico-mentolados poderosos y que le otorgan muchísima frescura, eucalipto, resina de pino, pimienta negra, laurel, tinta china, mineralidad, chocolate, cacao, sutiles notas de cantos rodados húmedos y un excelente fondo de roble de calidad que envuelve todo el conjunto. 

Gran nariz en intensidad, complejidad, elegancia y con gran equilibrio.

Por momentos recuerda a algunos Viña Ardanza con 20-25 años, aunque con más "músculo" en el caso de este Sierra Cantabria Colección Privada (9,4)

Boca

Ataque frutalmente maduro (fruta negra) que inunda la boca, potente y contundente pero, a la vez, suave, sedoso y sabroso, bastante seco y de gran volumen, expansivo, de densidad media-alta, gran cuerpo y muy buena estructura.

El paso por boca es elegante, sedoso y, a pesar de su madurez y edad, fresco y mentolado, de elevada acidez que limpia la boca, con taninos con bastante nervio todavía pero que, en global, están ya bastante pulidos y redondeados. 

El final es largo, con fruta negra madura y ligeramente amargosa, especiado, herbáceo, mentolado, achocolatado y con un fondo de madera y mineral excelente; en vía retronasal reaparecen los balsámicos, el monte bajo, las notas de roble, vainilla y regaliz que lo redondean maravillosamente bien.

Vinazo sin paliativos a sus 19 años. En teoría (según contraetiqueta que da la fecha de consumo óptimo de 2003-2019), estamos al límite de su fase óptima pero, EMHO, creo que está maduro pero, a la vez, fresco, equilibrado, elegante, sedoso y fantástico en todos los sentidos. No hay rastro alguno de agotamiento y creo que, sin problemas, podrá aguantar aún algunos años más en buenas condiciones de consumo. (9,5)

Su PVP, en su día, rondaba los 25€, hoy día sube algo más, a los 30-32€. A mí me costó esta botella (y otra más), a 22€ cada una. Muy buena RCP para lo que ofrece este vino.

Me queda otra botella más a la que, a pesar de que lo veo muy en forma, no creo que tarde mucho tiempo en bebérmela también.

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