Ambarino con reflejos cobrizos.
Buena intensidad en nariz, en la que dominan los frutos secos (nueces y muy especialmente avellanas), arropados por aromas a barnices, betún y pan tostado.
En boca es potente, con cuerpo, con muy buena acidez y mucho más complejo que en fase olfativa. Encontramos frutos secos a manta, sobre todo avellanas, notas salinas, sensaciones de maderas viejas, registros de amargosidad y un levísimo dulzor cremoso. Postgusto de larga duración.
Consumido en copitas a lo largo de mes y medio, pocas veces un vino de 8€ puede aportar tantos ratos de placer.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.