Un vino suave pero con excesivos toques a madera

Un vino suave, fresco y delicado, con un cierto toque de madera, más que en el del 2011, por lo que me acuerdo. Un vino bueno para el aperitivo. Un buen equilibrio y sabores a frutos secos con cierta acidez y notas salinas. Se marca mucho las notas tostadas y no deja aparecer tanto la frescura frutal y de la variedad, al menos en la botella que he consumido. Probaremos.

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