Un tempranillo de Ribera que no lo parece

Yo me saldré un poco de la tónica objetivista, pues ya hay muchos comentarios sobre fases visual, olfativa y gustativa, y daré mi opinión subjetiva.
Estamos ante un vino ligero, de capa media-baja, con escaso cuerpo, que uno nunca diría que se trata de un Ribera del Duero. Esto inicialmente puede ser un shock si no es lo que te esperabas.
El vino es ligero, algo corto de aromas, ligero en boca... pero agradable. Fácil de beber, especialmente si se toma fresco. En cierto modo podría ser un vino intercambiable con un rosado, aplicable a aquellas ocasiones en las que pueda ir bien un rosado.
Quizás, por ponerle una pega, el precio: uno no espera un vino así (que no es malo, ni mucho menos) en este nivel de precios. Pagamos la dificultad de la elaboración Kosher. Pero si uno no es judío, pues... pagamos lo que no necesitamos.
En cualquier caso, original y sorprendente, sobre todo si esperas el típico Ribera.
Esa es mi opinión ;-)

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