Peculiar tinto joven que no parece ni Tempranillo ni Ribera del Duero

Bonita botella bordelesa alargada (más alargada de lo normal), de etiquetas modernas y, EMHO, bonitas y llamativas con fondo azul claro. Tiene escritura hebrea por la parte de lo que sería la contraetiqueta.

Buena cápsula de color azul potente y cierre sintético (debido a que no es posible utilizar corcho por el método de elaboración Kosher). Apenas bañado en vino rojo granate acuoso que huele bien a fruta roja.

Visual:

Bonito color rojo picota claro tirando a rubí oscuro de capa entre media y media-baja, ribete cereza-granatoso-transparente con ligerísimos destellos aún algo violáceos, limpio, brillante y de buena y abundante lágrima de rápida caída.

Buena visual para un vino de 3 años y medio sin crianza en barrica.

Nariz:

A copa parada es de intensidad media que se eleva a media-alta al agitar la copa.

Olfativa de muy buena intensidad a fruta roja ácida, toques vegetales potentes, balsámico-mentolados importantes, ligeros tostaditos pero, sobre todo, encuentro laurel, grafito, mina de lápiz, notas minerales y ligeros herbáceos. Huele a raspón, a "frutaca" pura, a uva y, sin ser el perfil de vino que más bebo normalmente, me gusta.

Recuerda un poco a los vinos de maceración carbónica (pero con más madurez, claro), también a muchos "vinos naturales" e incluso, a algún que otro vino con crianza en ánforas que he probado.

Boca:

Ataque a fruta roja ácida fresca, media densidad, estructura y cuerpo medio-bajo, algo licorosillo tomado a esta temperatura, se percibe un tanino y astringencia todavía importantes y con margen de pulido en botella por esta parte. La acidez es bastante buena, EMHO (para nada la veo caída ni baja), y creo que hace salivar e invita a comer. Es un vino frutal, más bien delgado en el paso por boca, sabroso, vegetal y que invita a chatear, comer en barra y disfrutar desenfadadamente. Es fácil de beber y, aunque su longitud es más bien media-corta, el retrogusto vegetal, balsámico, a fruta roja, raspón y la retronasal también vegetal, frutal, mentolada, herbácea y a laurel con notas ligeramente minerales lo rematan estupendamente bien.

No es un vino de gran complejidad, tampoco es de gran cuerpo, estructura ni densidad, no es un vino para una comida formal, pero sí para una comida informal, de chateo, para tomar una copa sin complicaciones y saborear fruta, balsámicos de fruta (no de madera, evidentemente) y notas vegetales, minerales y herbáceas. Muy en la línea actual de los "vinos naturales", vinos criados en tinajas de barro y de los vinos tintos ligeros pero de buena acidez.

Es MUY importante el tomarlo a una temperatura fresca, es decir, 12-15ºC es lo ideal, temperatura de tinto joven (lo que es). En cuanto supera los 16ºC se nota mucho más licoroso y se acentúan sus carencias en cuanto a estructura, cuerpo y complejidad.

Sin ser el tipo de tinto que más bebo ni suelo comprar, me gusta y me parece un vino muy honesto, primario, que da rápidamente lo que tiene que dar, con muchísima frutosidad y, al fin y al cabo, una "vuelta a los orígenes" de la viticultura. Excelente compañero para comidas informales de diario, comidas en barra, aperitivos, chateo, etc.

PD: Por cierto, al día siguiente el vino ha caído notablemente, en nariz apenas quedan eucaliptos y en boca el vino es más corto que el mismo día del descorche y, sobre todo, con una boca deslabazada y tremendamente corto.

Es vino para abrir, tomar y disfrutar: ni es para guardar ni es para dejarse un poco para el día siguiente.

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