Espectacular manzanilla

Después de una botella de esta manzanilla que, por circunstancias de la botella, el viernes me decepcionó ligeramente (por estar quizás reducida y no del todo en forma a la apertura), ... tengo que admitir que la misma manzanilla cambió con el paso de los días y ayer y hoy estaba muy muy buena.

Sin embargo, no contento ni satisfecho, rematada la anterior botella, he abierto otra botella y, ésta sí desde el inicio está tremenda sin paliativos desde su apertura.

Visual: dorado ámbar oscuro con reflejos tirando al oro viejo. Limpia (sobre todo si no es del final que a veces tiene ligeras partículas), brillante y de muy buena lágrima de lenta caída.

Nariz: de muy buena intensidad y mucha complejidad; tenemos los típicos aldehídos, potentes aromas a velo de flor, frutos secos amargos (almendras y anacardos), bota muy vieja, cueros viejos, algo de piel animal, balsámicos poderosos, toques a bollería y panadería, alguna nota dulzona que recuerda a turrón de yema tostada, huele a Sanlúcar y a estar dentro de una bodega rodeado de botas por todos lados, sutiles herbáceo-vegetales pero, sobre todo, muchas notas minerales y salinidad a raudales, salitre, mar y mariscos (sobre todo de concha como almejas y ostras). Espectacular y sutil.

Boca: entrada suave y deliciosa pero de muy buena potencia y volumen, equilibrada, muy seca, ligeramente punzante y vertical en su entrada, para luego expandirse en boca; densidad media-alta, fresca y con ligero amargor en el paso por boca el cuál es tremendamente agradable. Tiene ligera untuosidad y cierta cremosidad. Acidez media. Tenemos toques vegetales, minerales y, sobre todo, salinos por doquier. Casi se mastican las almendras amargas. Final largo y, de nuevo, ligeramente amargoso pero, sobre todo, mineral y vegetal (junto a salino) en retronasal y muy muy salino y marino en el retrogusto.

Un vino que invita a oler sin parar y a beber sin tregua. Es increíblemente fácil beberse la botella de 375ml una sola persona en una comida/cena. Además, la manzanilla (y más en este nivel de calidad), es un vino que soporta prácticamente cualquier plato que le pongas (hasta los alimentos no armonizables, a priori, con casi ningún vino como las alcachofas y los espárragos).

Tremenda, espectacular y maravillosa. Se acaban, una vez más en esta manzanilla (y, en general, en muchos vinos de ya cierto nivel del Marco de Jerez), los adjetivos y las alabanzas.

Excelente RCP (PVP de 13-16€).

  • AB Sacristía Primera Saca 2015

    AB Sacristía Primera Saca 2015

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