Una década que daría buen lustre a zonas clásicas como la sempiterna Rioja.
El vino de hoy, comenzaba su viaje en la primera añada: 1980.

Botella nº619276
Descorchamos este gran reserva con suma facilidad. Demasiada, diría yo. El corcho, a pesar de poder extraerlo de una sola pieza, desde luego deja evidentes signos del paso del tiempo.
Dejamos una hora aproximadamente, que este tinto volviera a recibir el oxígeno del mundo exterior, y comenzamos:

Presenta un color Rubí oscuro, terroso; amarronado. Un ribete teja muy fino, a veces ambarino. Capa media-alta y una lágrima irregular en la copa, muy transparente y ligera.
La nariz nos transporta a esa década en pleno rendimiento de la zona. Tostados, ahumados tenues. Roble húmedo y viejo.
Cenizas mojadas. Al tiempo, con timidez pero presencia, cassis, ciruela negra madura sin llegar a pasificada.
Agitando la copa, notamos los balsámicos, mentolados; eucalipto...
Tanto en esta fase, como sucederá en boca, puntas dulces de caña de azúcar, coco...
La boca ataca ligera, pero hay decisión: se fusiona la madera tostada y la fruta madura. Aún ofrece guiños de acidez y pellizcos especiados (pimienta, nuez moscada...) que le dan más gracia al conjunto.
Lo bebemos rápido...y más pronto se acaba.

Sí, tal vez no sería una añada en la década, explendorosa. Tampoco el vino no es un Tondonia de aquellos tiempos, ni un Viña Real o un gran Paternina, pero desde luego que sus momentos de gloria los tuvo que haber vivido.
En este caso quizás, un tiempo que fue en mi opinión, demasiado largo.