Vino encerrado en una botella bordelesa de hombro ancho. Cerrada con un corcho de calidad y vestido con una original etiqueta que refleja el mapa de la D.O. Arribes del Duero.
A la vista un color rojo picota y granatoso de capa media alta, limpio y brillante. Buena y densa lágrima que se desliza con perezosa aptitud por el caliz de la copa. Menisco granatoso y con muy leves notas teja.
En nariz abundantes frutas negras y rojas en sazón, madera de su crianza en segundo plano, incipientes terciarios.
En boca es una explosión de vino de gran calidad, aterciopelado, sedoso, elegante, vinoso, con volumen, importante carga de fruta, muy equilibrado, carnoso, mineral, fino, te llena plenamente la boca. Taninos domados. Con una presente y elegante acidez que te invita a beber y beber y que le dará más años de vida. Gratísimo, elegante y aterciopelado paso de boca. Es un vino muy largo. Me da una permanencia de 3,45 minutos.
La etiqueta y contraetiqueta no indican, ni el grado, ni el envasador. El grado lo he calculado al catarlo en boca.