He disfrutado de esta extraordinaria joya durante dos semanas. Cada día

He disfrutado de esta extraordinaria joya durante dos semanas. Cada día que podía ponerme una copa o dos de la nevera aportaba un soplo de vitalidad y complejidad extraordinario e impagable. Cada día iba a más con la progresiva oxidación. Aparece muy reducido inicialmente, tanto en nariz como en boca. Es un gigante dormido que va despertándose a medida que pasan las horas y los días. Una ficha de cata rápida jamás le hará justicia. Tragos cortos, placer muy largo. Enorme persistencia en boca. Redefine la pedantería de las "caudalías". Aquí hay para dar y tomar. Carácter y personalidad. Emociona. Al principio presenta más una nariz de oloroso, dominada por la fina ebanistería de nobles maderas viejas, que de amontillado.
Como todos los grandísimos vinos, es camaleónico, unos días lo ves más expresivo y con rasgos nuevos en nariz, otros te sorprende los matices que te deja en el retronasal. Por definirlo con un solo adjetivo: profundo. Se te acaban las palabras y sólo deseas seguir saboreándolo a 15-16 grados de temperatura. Al final se acaba la botella y es como si hubieras perdido un amigo. Adictivo y mágico.

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