Un magnífico broche para una magnífica velada. Poco que añadir al anterior comentario, esa nariz abocada es adictiva, recuerda en una primera impresión la de un Armagnac, con atractivos recuerdos a caramelo quemado, las notas de barniz, los tostados, las maderas viejas, los sauves recuerdos especiados. En boca es amargo, con carácter, armonioso, tiene una acidez excelente y es increiblemente largo.
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