Entrando en madurez

Dorado intenso, burbuja pequeña y escasa.
Buena intensidad en nariz donde se muestra algo más maduro de lo esperado aunque siempre complejo y encantador. Notas de flores marchitas, frutas de hueso bien maduras, orejones, fruta escarchada, incipientes toques de miel, ahumados, trazas balsámicas, café en grano y cera de panal. Ganando presencia con el aire.
En boca es un vino redondo y equilibrado, dando la sensación de estar ya en su cénit e iniciando un lento declive, mantiene acidez y el paso es delicado y armónico, con clase, dejando sensaciones de frutas maduras y de cítricos en confitura en el final, con un carbónico perfectamente integrado y una buena persistencia.
Un ejemplo de gran Champagne maduro con mucha elegancia y complejidad, amplio y vínico, quizá con algo menos energía de la esperada, pues aun teniendo 27 años no deja de ser un vino bastante joven en su estilo, pero desde luego que la gran calidad de esta cuvée está ahí. La botella, una obra de arte.

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