Pues...bién.

Vino encerrado en una botella borgoñona y vestido con una etiqueta desafortunada en su diseño. Hay que mejorar su imagen. Discreto corcho.
A la vista me encuentro con un vino de capa media alta, limpio y brillante. Color rojo picota. Correcta lágrima que se desliza con algo de pereza por la copa a penas tintándola. Menisco granatoso y con leves notas cardenalicias.
En nariz tiene una intensidad media y en la que sobresalen los frutos rojos, algunos lácticos y notas balsámicas.
En boca es fresco, fino, aterciopelado, taninos domados, frutal, resurgiendo las frutas de la fase olfativa, sedoso, taninos domados. Mantiene una elegante acidez que invita a beber y que le dará algo de vida. Buen paso de boca. Es largo. Me da una permanencia de 2,30 minutos.
En mi opinión cosecha de inferior calidad a la de 2013. Pero muy superior a lo que nos tenían acostumbrados.

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    Gabriel Argumosa

    Pues ...eso, sin más.

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