Blanco lisboeta que nos descubrió Brice hace unos meses. La de hoy es la segunda botella que bebo y realmente sorprende el nivel que muestra.
Dorado sin mucha intensidad, limpio y brillante.
Aromas florales, frutales, punzantes y minerales. Lo abrí hace tres días y ha ido a más.
Aunque posee la estructura propia de la chardonnay, el paso es afilado y la acidez genial. Buen dominio de alcohol y barrica. Jazmín, anises, fruta blanca, fósforo y piedras.
Final perfumado y duradero.
Un vino bien elaborado con mayor presencia primaria que los blancos de la Côte de Beaune pero con una mineralidad parecida. Además es contenido y muy fresco. Desde luego que por 12€ es difícil beber mejor.