Cabeza grande, botella pequeña
De color rubí de medio cuerpo, claro, translúcido, brillante como una gema, limpísimo. Algo inconfesable ocurre aquí para que un vino que alcanza los 60 años en unos meses pueda mantener tanta limpieza y que no asome el más mínimo precipitado. Reflejos rojizos y cobrizos, refulgente. Borde amplísimo, anaranjado, abarcando la mayor parte del menisco.
Un Royal TdC amplio, potente, repleto de pequeñísimos detalles. La primera sensación, al margen de una reducción resultona que prácticamente nos pasa desapercibida ante su profundidad, es de estar ante algo parecido a un RM de Riscal Tiene unos primeros toques apimentonados, a bálsamo, té de roca, carne seca-ahumada, que degeneran en un fondo térreo y mineral muy acusado: pedernal, polvorilla, mecha, pizarra descompuesta, queroseno... Una bofetada en plena cara!!! La fruta emerge con fuerza, jugosa, con un matiz de vainilla y licor de endrinas, que viene acompañado de lilas y flores ajadas. No es un vino elegante, ni equilibrado, ni creemos que llegue a serlo, pero tiene tanta pureza y es tan expresivo que te deja enganchado a la copa sin acabar de probarlo.
En boca es cremoso, de un grosor que cuesta creer, lleno de cítricos, amargosos y una acidez que chispea y hace salivar como una mala cosa. Hay cítricos, fruta roja, tostados, especias, cuero, maderas finísimas y así hasta no acabar nunca... La cosecha del 55 parece tener una magía especial en Bodegas Franco-Españolas. Todos los vinos que hemos tenido la suerte de probar, y ya van unos cuantos (Excelso, Cosecha Especial, Diamante Reserva, Royal, Claret), están de escándalo!!!
Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2014/11/royal-tete-de-cuvee-1955-reserva.html
