Mal año y gran vino, no es una excepción

Dorado intenso con una burbuja media y escasa.

En nariz destaca por su viveza pese al ligero fondo reductivo tan típico de este Champagne. Con el aire muestra una paleta donde todavía hay apuntes florales, de bollería y fruta madura de hueso, trazas herbáceas y balsámicas, un incipiente fondo especiado y una marcada mineralidad. Aparecen igualmente recuerdos de cítricos en confitura.

En boca nos sorprende por su fuerza y viveza, con una acidez absolutamente salvaje que le hará vivir muchos años. Con un paso muy directo y de gran frescura, deja sensaciones de frutos secos y apuntes minerales en el final, con una gran integración carbónica y una marcada persistencia.

Gran sorpresa este vino pues hablamos de un mal año en Champagne, sin embargo se muestra más fresco y vivaz que el 83 y con mucha vida por delante, con una acidez que sorprende por su capacidad incisiva. Sin duda un Champagne que deja entrever un gran trabajo del “chief de cave”. Muy bueno.

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