Es un excelente vino que pude probar "in situ" en la propia Cerdeña. Como con los propios sardos, sensaciones de proximidad y de lejanía al mismo tiempo. Vino mediterráneo en estado puro, y a la vez sorprendente y misterioso.
Color ambar claro y brillante. Con aromas de melocotones y albaricoques compotados. Florales de Madreselva, lirio y lavanda, para resaltar en boca una entrada poderosa, untuosa en la que predomina la miel, las especias, los torrefactos, el café y un leve recuerdo de humo volcanico y silex. Por via retronasal aparecen recuerdos de alfarería y Jerez seco, para volver a predominar la fruta pasificada y la miel en el final de boca. Vino elegantisimo y persistente, de un raro equilibrio.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.