Altivez andaluza en su imagen. Corcho elástico y de buena longitud, humedecido de más, con cristales de bitartrato adheridos.
Cereza de capa media y ancho ribete, anaranjado en su extremo, con una lágrima glicerinosa, fina, lenta... la ideal de un crianza.
En nariz, son los lácteos los que aparecen primero, toffe, vainilla cremosa... parece detenerse aquí, le cuesta sacar las especias, luego ya sale el tabaco dando elegancia en conjunto con lo anterior, la tierra húmeda... la fruta es roja, fresas golosas, notas dulces especiadas, canela en rama, también pimienta, y otras balsámicas tipo mentol, coge aire, pero menos mediterráneo que la referencia del 2005 que tengo bien presente, más elegante y fino que éste sí es, para nada intenso.
En boca muestra una estructura media, su acidez no sobresale, la línea es cremosa, dulce, frutos rojos maduros, licoroso en su justa medida, apunte fino de crema pastelera, un bombón, me falta ese punto balsámico en retronasal que tanto esperaba y que me lo alargara.
Me parece un estupendo vino de recreo, para tomarlo pausado con una cocina que no lo tape. Conjunto elegante, lo más destacable para mi.