Rubí marronáceo de capa media y ribete atejado, limpio, brillante y con algo de lágrima.
Tras una ligera reducción inicial, se muestra después con una nariz de mediana intensidad, en la que prevalecen de principio a fin aromas a fruta roja en licor (gindas), a los que acompañan notas de lacas, monte bajo y humedad, así como toques terrosos, acerados y de vainilla.
En boca es simple y llanamente excelente, fresco, con cuerpo medio, mucha viveza, afilada acidez, amable y con taninos que aún no han terminado de pulirse. Larga persistencia en forma de agradable acidez.
El vino, mejor en boca que en nariz, está en plena forma y parece que tiene todavía cuerda para rato.
Cuando descubres esa añada en Rioja... ¡Uff!. Es brutal no se te vuelven a ir los vinos de la cabeza.
Para mí hubo un antes y un después, como mero aficionado, de haber probado vinos de esa añada. Todos tienen matices diferenciadores evidentemente, pero nos muestran todos ellos características comunes: son vinos soberbios que mantienen sus matices esenciales.
Saludos
Enhorabuena por tu "bautizo", no es manco el comienzo, si señor...
Viendo la descripción de aromas, es la típica reducción de vinos de este tipo, no se qué tiempo darías para que se oxigenara, pero estos vinos necesitan grandes dosis de paciencia y horas, aunque personalmente me parece muy interesante y didáctico ver su evolución en la copa
Saludos
Muchas gracias. Pues la verdad es que las circunstancias no eran las mejores para su disfrute, ya que fue tomado en un restaurante. Digamos que le concedimos un plazo de un par de horas para que se expresara, tiempo posiblemente insuficiente, si bien a partir de la primera hora los matices captados en nariz apenas experimentaron ya cambios. Un saludo.
Es lo que tienen estos vinos, que hay que darles su tiempo por que cada uno lleva los años encima como puede... El Carlomagno del 64 es seguramente la mejor añada elaborado por la bodega de Haro, algo superior a la del 70, y creo que está siempre un punto por encima del Carlos Serres Gran Reserva. En su momento se comercializaba como Vino de Crianza pero por el tiempo de estancia en barrica correspondería a un Gran Reserva, sólo 5 meses menos de madera que el hermano mayor. Ambos se elaboraban con las mismas uvas y porcentajes.
Supongo que eran Carlomagno de los últimos años, no? Los de antes (60-70-primeros 80) eran vinos de larga crianza, casi 6 años en madera, superando incluso al Carlos Serres Grva. Por cuestiones de marca y competencia entre gamas ni siquiera se mencionaba como reserva. Un saludo desde la capital del fuet, Olot
Eran 75 y 78. Después salió como Onomástica y la primer añada fue la del 81 hasta ahora. Un hojaldre salado relleno de una crema de fuet o salchichón quedaría muy bién y si le acompañamos con Carlomagno del 64. Estaría mejor. En la bodega quedan, pocas pero quedan, botellas de esas añadas.
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