Una nueva añada , una nueva visión

Ayer probé ya este vino embotellado y quiero felicitar a los elaboradores, porque esta nueva visión me ha encantado. El vino se bebe solo, la prueba del algodón, más allá de notas de cata y críticas, de la bondad de un vino. Que cuatro personas se acaben una botella antes de que les sirvan el primer plato, y eso que fueron rápidos en el restaurante, es buena señal.
En copa parece un vino más denso, más carinyena, con ese matiz rojo que da la carinyena de acidez y frescor.
En nariz volvemos a sorprendernos, esta vez con la garnacha, floral, mineral, diría que bastante mineral, afrutado y con notas de hierbas típicas de la zona, de alta montaña, como pueden ser los romeros, o las jaras que adornan los roquedos de estas prioratinas montañas. Algo de anís o hinojo. Sutil, fresco otra vez.
En boca hay terciopelo, el terciopelo ligero de la carinyena, bien por este aspecto.
El retronasal es más que intenso.
El precio, absolutamente maravilloso.

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