¡Magnífico!

Visitamos el restaurante la primera semana de agosto de 2013, un sábado por la noche, en pleno apogeo turístico sin que mermara en absoluto ni el trato ni el servicio, como suele ocurrir en otro tipo de restaurantes.
Restaurante de decoración moderna con un toque rústico dado por el techo de piedra en forma de bóvedas.
El trato nada más entrar fue bueno, acompañados a la mesa, preguntándonos si deseábamos tomar alguna bebida y ofreciéndonos la carta al momento.
Nos decantamos por el menú pica pica y la cosa no sólo no estuvo a la altura de lo esperado si no que la superó.
Elaborador aperitivos del chef para seguir con un ajoblanco con langostinos y sardinas ahumadas, un mosaico de pulpo con parmentier de la casa y su famoso arroz negro todo de categoría y el arroz en su punto de cocción y se sabor exquisito. Llegados a este punto ya estábamos con el hambre justa (las raciones para ser de un menú que se llama "pica-pica" son muy generosas. Finalizamos con unas colitas de rape a la plancha con salsa de cangrejos. Como postre pedí que me cambiaran el que había en el menú por algo más ligero, y el resultado fue una sandia a la plancha con fresas y helado de maría luísa. Todo estuvo de 10.
Por vino nos decantamos por un ACERO de Marimar State, Chardonnay que ya conocía y para mí uno de los mejores chardonnay jóvenes que existen. El servicio del vino es bueno, aunque me toca un poco las narices el te estén llenando la copa cada vez que la ven vacía o se lancen hacía ti cuando ven que coges la botella de vino para servirte, porque personalmente, a mi me gusta servirme mi vino una vez me lo han presentado, abierto y ofrecido para su estado. (Entiendo que el Summiller hace su trabajo con esto de estar tan atento por lo que este comentario no es de critica alguna). Finalicé el ágape con un tequila Don Julio, servido en copa de balón a la temperatura idónea de cava, 16 grados.
Diferentes panes, mantelería de calidad así como cubertería y cristalería.
Importante también: mesa amplia para dos.
Resaltar por último la extensa carta de vinos así como la excelente cava situada en el primer piso del restaurante a la vista de cualquier comensal que suba a los servicios.
Y el precio más que justificado. En otros "estrellas michelin" por lo mismo te soplan tranquilamente 120 por persona. El precio del vino excelente , sin pasarse y muy ajustado teniendo en cuenta el trato y servicio que ofrecen alrededor del mismo, el ACERO costó 33 euros cuando en tienda vale 27-28 euros.
En resumidas cuentas, un restaurante magnífico con un servicio magnífico y una comida magnífica.
El entorno del restaurante me parece perfecto, en tercera linea de playa, "apartado" del bullicioso paseo pero a 5 minutos caminando de él y de su puerto.

Recomendado por 3 usuarios
  1. #1

    JaviValencia

    Lo visite hace tiempo y salí satisfecho en todos los aspectos. Sin duda uno de los grandes de la provincia.

    Enhorabuena por la crónica y por el disfrute.

    Saludos

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