Producto, honestidad y decibelios

Comida de ámbito laboral y debido a la ubicación del lugar (favorecía a todas las personas que posteriormente íbamos a vernos) decidimos hacerla en este restaurante . Decisión que nos lleva a ratificar en esencia dos hechos objetivos y casi categóricos :

-El sencillo y grandísimo trato que dan a un producto soberbio.

-La práctica imposibilidad de mantener una conversación a unos niveles normales en cuanto se ocupan dos mesas más del pequeño comedor , situación en este caso de una gran incomodidad en circunstancias como la que nos ocupa (comida de trabajo).

Como nada ha cambiado en la disposición del local, pasaremos a tratar en lo que consistió esta comida para cuatro personas:
A modo de entrantes la cosa quedó así:
Bocartes rellenos. Consisten en abrir un boquerón por la mitad (sin espina central) y sin separar los lomos se introduce un pimiento de piquillo. El conjunto se termina poniendo otro boquerón a modo de tapa como el que nos sirve de base (como si de un bocadillo se tratara) y se reboza y se fríe. Hasta aquí, la descripción; la ejecución es irreprochable: aceite limpio, rebozado ligero y perfecto, crujientes y jugosos. Un par de “bocadillos marinos “ por persona.
Croquetas de jamón. Ya comentadas en el post anterior. Apuesta segura cuando alguna persona acude por primera vez. Tampoco he visto quejarse a ningún ”repetidor”

Pulpo a la gallega Sin decir que estuviera mal, no estaba a la altura de los entrantes anteriores aunque siempre “escoltado” con unos ingredientes de primerísima calidad.

Como platos principales dos personas compartieron una fuente de cuchifrito de cabrito. Copiosa ración de pequeñas porciones con un plato de patatas fritas que prácticamente valdría la pena venir por ellas. Elogios para dicho plato.

Merluza en salsa. Hermosa porción de una restallante merluza (¿Será porque la salsa no es el término eufemístico para “colocar” el género más fatigado?) acompañada de almejas y espárragos. Ni rastro en el plato…

Yo opté por una ventresca de bonito plancha, una magnífica ración en la que hice hincapié en el poco punto de plancha y que trajeron según lo pedido. (Hasta tal punto que dudaron en dejármelo en la mesa).Para un amante del atún rojo como soy , lo siguiente en mi lista de túnidos es el Bonito de calidad como la que nos ocupa (carne rosada y fina).Digo esto porque a veces llegan a las mesas y mercados unos túnidos blancuzcos y que desprenden un fuerte olor que se aleja mucho de la sutileza de los primeros y que por su textura y sabor deberían de ser “encerrados en unas latas de conserva y condenados a formar parte de alguna ensalada mixta de dudosa calidad”.
Disfruté mucho con este plato.

Para beber hubo que compaginar varias circunstancias antes de elegir el vino:
Escasez de referencias de un lado y predominio del “tintocentrismo” en la mesa en el otro , por lo que optamos por un Viña Cubillo 2005 del que acabaron cayendo dos botellas y que por su características de elevada acidez y baja graduación (13º) consideramos que era el más adecuado como solución de compromiso a la exigencia del momento.
Cerramos con unos cafés en casi todas sus variantes (hielo, cortado, descafeinado...)

En el transcurso de la espera antes de empezar a comer y como preparativo habíamos tomado unas cañas, un Martini y un bitter.

Servicio correcto y eficaz.

  1. #1

    Gastiola

    Es que el atún rojo es mucho atún. Yo también soy un enamorado. Anoche casualmente el "vecino" de mesa estaba con uno y se lo hubiese mangado muy gustoso. :-)

  2. #2

    Nowhereman

    en respuesta a Gastiola
    Ver mensaje de Gastiola

    Jaja!! Hubiera estado bien, "el misterio del robo del atún"

    Saludos

  3. #3

    JaviValencia

    Una gran elección ese Viña Cubillo y me da a mi que tuviste mucho que ver ;-)

    PD; Tenemos algo pendiente, no pienses que me olvido.

    Un abrazo

  4. #4

    Nowhereman

    en respuesta a JaviValencia
    Ver mensaje de JaviValencia

    Ya sabes... ¡ Piensa mal y acertarás! ;-)) Pero visto lo visto era el que ofrecía las características más adecuadas y cumplió. Además de reencontrarme con un buen vino al que hace mucho tiempo que no probaba.

    Yo tampoco me olvido, y será más pronto que tarde.

    Abrazotes!!

  5. #5

    Joseangel

    Para comidas de trabajo, en las que muchas veces no se saben bien los gustos de los demás, los riojas clásicos siempre son buena opción. Además recuerdo haber leído hace pocos días una valoración muy buena sobre Cubillo 2005. Un saludo.

  6. #6

    Craticuli

    Me da especialmente envidia lo de la merluza, por aqui es cada vez mas dificil encontrar un ejemplar con sabor y de buena calidad.
    Saludos.

  7. #7

    Nowhereman

    en respuesta a Craticuli
    Ver mensaje de Craticuli

    Por aquí en casi todas las pescaderías se ven unas pescadillas grandes (probablemente africanas) que están bastante bien de precio y aún estando decentes , no tienen nada que ver con lo que antaño llamábamos merluza.

    Saludos

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