Las expectativas eran muy altas y no se cumplieron.

Instalado ya en la nueva ubicación. El nuevo restaurante se sitúan junto de una antigua casa de 2 alturas donde en la parte de abajo se encuentra la cocina. La entrada está de tal forma para que sea esta antigua casa quien de la bienvenida a los clientes, los cuales quedamos maravillados de la buena conjunción mezcla de lo antiguo y lo moderno al llegar al Celler. El comedor se localiza en la parte izquierda con un jardín interior plantado con 9 chopos blancos situándose las mesas alrededor de este triangulo, lo cual da bastante intimidad a los clientes.

Como llegamos 15 minutos antes, nos esperamos en el salón de fumadores que tiene junto a la casa desde donde se puede ver un poco en alto el comedor y la casa, que da sensación que es ella la que va estar vigilante para que todo salga bien. Mientras esperamos a que fueran las 9:00PM nos agasajaron con un cava de Albert i Noya, elaborado junto con Josep Roca, junto con unos snaps que posteriormente finalizamos en la mesa

La carta esta compuesta por 3 menús y varios platos. Los menús van desde el clásico (75€) que recoge una serie de recetas antiguas donde entre paréntesis se puede ver el año de inclusión en carta. Luego hay uno intermedio, el menú degustación (95€) algo más extenso y por último creo recordar el menú festival (115€) donde ya estamos hablando de unos 15 platos. Nosotros nos decantamos por el menú degustación. Igual que el tema de la elección del vinos que luego comentaré, eche de menos que un buen Jefe de Sala en la ausencia de Josep nos hubiese asesorado y explicado las diferencias entre los 3 menús.

En cuanto a la carta de vinos, que voy ha decir que no sepamos ya de la carta del Celler, !!!!ESPECTACULAR¡¡¡¡¡. Ese día echamos de menos los sabios consejos de Josep, que no se encontraba en el restaurante. La carta te la traen en un carrito con 3 libros uno para blanco y champagnes, otro para tintos y otros la licores y aguardientes. No pudimos disfrutar de la carta multimedia. Eche de menos uno poco de asesoramiento en cuanto a la elección del vino, al final nos decantamos por un Chateauneuf du Pape de Henri Bonneau del 2000. Al principio estaba algo cerrado y con notas de maderas viejas que luego con la aireación fue ganando en complejidad y aromas. Asimismo también eche de menos al haber podido ver en carta la posibilidad de acompañar el menú de degustación con vinos recomendados por El Celler. Creo que un restaurante de este nivel debe de tener previsto un buen sustituto en la ausencia de Josep Roca, ya que en el servicio del vino no todo es la carta.

Entre el primer plato y lo snaps nos sirvieron tres pequeños entrantes donde recuerdo un berberecho que era puro mar.

En cuanto a los platos empezamos por una sopa fría de cerezas con gambas y helados de huesos de cerezas, el plato exquisito y muy fresco para el verano, lo que me llamó la atención es que era un plato que yo recordaba haber leído en su libro de “Una Sinfonía Fantástica”, creía que en este menú no se iban a repetir platos de temporadas anteriores. Un plato que me encanto fue la crema tibia de foie con higo y PX, finísima y servido a una excelente temperatura que hacia que el foie desprendiese todo el aroma sin llegar a fundirse su grasa, el aceite de trufa le daba el toque final. Posteriormente pasamos a lenguado con hinojo y ajo puerro a la brasa, el lenguado con textura tersa y sabor a lenguado de los de antes, en cuanto al puerro estaba excesivamente fibroso que imposibilitaba el cortarlo. Como carne tomamos cochinillo a baja temperatura con cantalupo. Debido a un error nuestro confundimos el “garri” que es cochinillo en catalán con jarrete. A mi me maravillo mi error, no así a mi mujer que no le gusta el cochinillo, lo cual no fue problema ya que se lo cambiaron por una merluza exquisita. Finalizamos con los postres entre los cuales no podía falta una adaptación de un perfume en este caso de Bulgari y por último acabamos con un postre de cerezas en diferentes texturas que lo encontré muy logrado.

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    Khansen

    Hola Santi,

    estoy de acuerdo contigo en que cuando Josep no está tendría que haber alguien de gran nivel en su lugar. El día que fuimos ocurrió lo mismo, Josep estaba allí, aunque muy resfriado, y prefirió no atender a las mesas. En su lugar había un chico que seguramente debía saber mucho de vinos, pero muy soso y mal comunicador. También tuvimos la mala suerte que el maridaje que nos recomendaron con el menú degustación me pareció bastante flojo. En cuanto a la comida, nada que decir, muy bien, con platos realmente sorprendentes (recuerdo el maravilloso turrón de foie).
    Saludos.

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