Incluyo este comentario como complemento a las crónicas anteriores sobre la última quedada en La Torruca, muy bien explicadas ya por Gastiola y Óscar. Como ya han dicho éstos, el apartado del vino se compuso con botellas aportadas por los presentes, lo que dio lugar a un curioso batiburrillo de vinos de todo pelaje y condición. Algunos de ellos recibieron alabanzas unánimes, en otros hubo división de opiniones y no faltaron tampoco los que sufrieron un serio revés. Lo que si estoy seguro es que todos se llevaron con la loable intención de agradar, así que nada que objetar.
- Uno Bat Gara Txakolina 2012
- Juvé y Camps Reserva de la Familia Brut Nature 2006
- Pascal Doquet Blanc de Blancs
- Alta Vista Premium Torrontés 2009
- Suaviñón 2010
- Leirana 2005
- Domaine de Montbourgeau L´Etoile Chardonnay 2010
- Ossian 2010
- Domaine de Belliviére Calligrame 2007
- Itsasmendi Eklipse 2011
- Marqués de Villamagna Gran Reserva 1973
- Campeador 1970
- Itsasmendi Urezti 2010
- Albina Vendimia Tardía Reserva 2001
- Maximin Grünhäuser Abtsberg Auslese 1998
Preparar para la degustación toda este arsenal vinícola llevó su tiempo, pues unos hubo que ponerlos a enfriar por la vía rápida, otros se tuvieron que decantar y algunos también se resistieron con el corcho. El caso es que a las 3 de la tarde, con la llegada del último de los invitados, comenzamos con la comida. La mesa ocupada estaba en el patio interior del restaurante, un agradable espacio al aire libre que supuso un marco incomparable para el evento.
Los platos servidos no los voy a mencionar, pero es justo decir que compusieron un menú degustación de altura. Elaborar un servicio de 11 platos, todos ellos satisfactorios, y sin presentar altibajos, denota que al frente de este restaurante está un cocinero que sabe hacer muy bien su trabajo. Ese buen hacer en los fogones de Gustavo, acompañado por la profesionalidad de Mentxu y su equipo en el comedor, ha dado lugar a una de las mejores comidas de las que he disfrutado en mucho tiempo.
Las horas pasan rápido cuando se está a gusto en un sitio y, sin darnos cuenta, entre conversaciones sobre lo divino y lo humano, risas y buen rollo, se nos dieron las 8 de la tarde, momento en el que dimos por finalizado el encuentro, si bien el ala más radical continuó la jornada yendo a cenar, eso sí, con frugalidad, a un restaurante de Torrelavega, cayendo también dos buenas botellas: un blanco borgoñón, cuyo nombre no recuerdo, y un estupendo As Sortes 2007.
Nada más mencionaré que los vinos que cosecharon más "premios" fueron estos: Suaviñón 2010,
Domaine de Montbourgeau L´Etoile Chardonnay 2010, Domaine de Belliviére Calligrame 2007 y
Maximin Grünhäuser Abtsberg Auslese 1998. Los aportados por el sector vasco no salieron muy bien parados, aunque alguno de los que llevamos necesitaban un espacio más "pausado" para su disfrute.
La verdad es que el ritmo de los vinos, que corrió de nuestra parte, no se acopló demasiado bien al de los platos, y al final se acababa la comida y todavía casi no habíamos empezado con los tintos. Faltó una buena mano dirigente.
Se me olvidaba comentar que al sector femenino el que más le gustó fue uno ofrecido por el restaurante de curioso y explicativo diseño y nombre: El Novio Perfecto. Yo no lo probé, pero según Gastiola, hombre sin complejos, estaba muy rico y era una especie de lambrusco.
Madre mía lo bien que lo pasáis por aquellas tierras, me encanta el buen rollo reinante. No le deis al pause y seguid así :-)
Saludos
"Si un hombre se conecta con sus aspectos sensibles, receptivos, intuitivos y emocionales, no se está conectando con su lado femenino. Se está conectando con sus propios aspectos". No era un lambrusco, era un moscato en toda regla y qué narices, me gusta como sabe. Qué pena que el sector femenino no entra por estos lares para daros en los morros como "sus merecéis" :-))
Cada una de las quedadas sirve para dejar ya medio hablado cúando va a ser la siguiente. Ya sabes, la gente bebe y enseguida se lanza a hacer propuestas. Con que cuaje una para hacer la siguiente vale. La verdad es que hay buen rollo, como bien dices Javi. Un saludo.
Pues el Suaviñón es un vino elaborado por Daniel Ramos en la zona de Cebreros, dentro de un proyecto denominado Zerberos. Se elabora con sauvignon blanc, aunque creo que lleva también algo de albillo, y procede de viñedos de altura sometidos a viticultura biodinámica. Respecto al Leirana, creo que su momento bueno ya había pasado, aunque aún decía aquí estoy yo. Los dos viejunos estaban en plena forma, pero el ambiente no era el más propicio para su disfrute, al menos tal y como yo lo entiendo. Creo que no les dimos la oportunidad de expresarse y es una pena porque al menos el Villamagna es un magnífico vino. Los pocos que hasta ahora he tenido la suerte de disfrutar siempre ha sido en pareja o en grupo muy reducido y con horas por delante para que se expresen. Como acertadamente han expresado otros veremeros, son vinos de meditación.
Ah, ok. Sí, conozco el proyecto de Daniel Ramos aunque no este vino, lo cierto es que está haciendo un buen trabajo. Ese Villamagna 73 es un gran clásico que merece tiempo y paciencia, algo que siempre es complicado en eventos de este tipo.
Saludos,
Eugenio.
La cantidad es innegable que la hubo, pero respecto a la calidad había un poco de todo. De todas formas, algunos vinos, como ya he dicho, pasaron algo desapercibidos debido a que no se les dio tiempo para expresarse. Este tipo de eventos tiene inconvenientes como ese.
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