Lo mejor: las vistas

Cuando sales de un restaurante y coincides con los compañeros que ha merecido la pena ir por las vistas que se ven, no es una buena recomendación ya que para las vistas, no hace falta entrar al local. Localizado junto a la ermita de Nuestra Señora del Valle, en la carretera de acceso al parador nacional y desde ambos sitios se aprecian unas de las mejores panorámicas de la ciudad, especialmente con la iluminación nocturna.

Un local con una parte de terraza para verano a la entrada y unas escaleras que acceden al salón que con amplios ventanales, permiten ver la postal de la ciudad. No vimos carta ni de comida ni de vinos al ser una cena pactada de pequeños grupos con la ventaja que a todos nos dispusieron de forma vertical a los ventanales, lo que es un plus importante.

Amplias mesas de grupo, bien vestidas. Servicio en sala eficiente buscando acortar tiempos aunque de agradecer la explicación de platos y el ritmo de salida de los mismos desde cocina.

Nuestra cena para seis:

. cucuruchos de queso mascarpone, por cortesía de la casa: una mousse con un punto de alili hy eneldo servido en un mini cucurucho; bien resuelto.

. buñuelos de pulpo con mahonesa de pimentón y bonito seco: aparte de ver moverse ligeramente al bonito al hidratarse, el resultado del conjunto es bueno.

. lentejas con curry y foie: un guiso con una presencia burda, pero buen sabor. Muy mejorable el emplatado.

. viera y roulé de cochinillo sobre una base de crema de coliflor: emplatado a modo de pisos; un mar y montaña nada integrado aunque los elementos son buenos.

. lomo de ciervo macerado en cerveza y vino con salsa romescu y aceite de olivo: lo salvable de la cena; carne tierna, ración ajustada, bien presentado, sabroso, con un ligero paso por la plancha. Recomendable.

. frutos rojos mousse de yogurt y dados de tarta de chocolate: fracaso rotundo, pesado, denso, demasiado cargado de duzor. Se quedó en casi todos los platos.

Agua de San Pellegrino. Tinto de Corpus del Mundi 2016 y Alto Año en blanco que ni se comentaron los vinos ni había ganas de reponer. Cafés e infusiones finales y nada más. Una pequeña planificación del día siguiente y al coche y regreso al hotel.

 

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    Joan Thomas

    Pues eso, una cena pasable en buena compañía y con buenas vistas.
    Saludos

  2. #2

    Abreunvinito

    en respuesta a Joan Thomas
    Ver mensaje de Joan Thomas

    Habría que darle una oportunidad a la carta. Supongo.
    Saludos

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