Uno echa de menos las cosas de siempre. Las vacaciones están muy bien, todo es maravilloso pero..... uno, en en fondo, tiene ganas de volver.
Se acaba el mes, se acaba el reposo, se acaba lo especial y hay que volver a la normalidad. Pero hay que quemar los últimos cartuchos, hay que rematar como mandan los cánones.
¿Dónde? Opciones hay muchas pero vamos a ir a lo seguro.
Nueva visita al Zarate. Habíamos estado en junio y queríamos saber si había novedades.
El restaurante es muy confortable, las mesas amplias, separación suficiente. Buena mantelería, buena cubertería, las copas de estupendo tamaño.
El servicio atento, serios si hay que serlo y más cercanos si te dejas. Yo soy fácil y me dejo mucho.
El menú Berezi sigue igual asi que nos decidimos aprobar un par de novedades que tienen en carta, están preparando nuevas propuestas para el otoño.
Empezamos con unos hongos con una yema de huevo que presentan así pero que hay que mezclar para sacarle todo el provecho.
Co-jonudos, ricos de ganas, los hongos son algo que se deshace en la boca y el huevo le da un toque diferente, una mezcla muy, pero que muy rica.
De pescados hay varias ofertas pero al oir rodaballo, mis tímpanos se cierran a otras opciones. Me tiene enamorao semejante pescadito.
Una pieza de buen tamaño, al parecer kilo cien ha dado en báscula. En la foto se ve el precioso pez en toda su plenitud.
Estupendo, bien desespinado, una textura de infarto, un punto exquisito, la sal exacta.
Unas patatas panaderas de las mejores que he probado jamás.
Encima, el pan. Echaba yo de menos un pan así.
Cuatro clases distintas a elegir. Mi chica se decanta por uno con semillas, yo por un oscuro, de cereal, ricos ambos.
Que poco ha quedado del huevo de los hongos, limpio-limpio ha ido el plato.
De postre hemos hecho de conejillos de indias, una tarta sacher, de chocolate, con melocotón. Muy rica. Nada empalagosa.
Para beber hemos dicho lo que solemos pedir, el sumiller, sin pensárselo 2 veces nos ha sacado una botella diferente, algo que no habíamos probado jamás. Un Airola Gewurztraminer. Nariz que me lleva a un moscato. A fruta madura. ¿pera? Estoy aprendiendo.
En boca primero dulce, luego deja un amargor y posteriormente el postgusto vuelve a dejarme ese dulzor no empalagoso. Según se ha ido enfriando más ganaba.
Con el cafecito ha empezado la "degustación" de vinos dulces. Primero dos Px, a cada cual más rico, más dulzón el uno, más "serio" el otro.
De remate, un Dulce Monastrell Jumilla 2008, que ha sido un excelente final para una maravillosa cena.
Buen reencuentro con mi enamorada capital, desde luego que un restaurante que si no cambia, será un maravilloso referente para los tiempos que nos esperan.
Juro que solo éramos 2.
Rodaballo
Hongos
Te pasa igual que a mí, cuando veo rodaballo descarto el resto de opciones. Es de los 3 platos que cuando los encuentro en carta ni me lo pienso, al igual que unos huevos trufados o el steak tártara.
Venga, a currar que ya es hora!!!
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