Restaurante Bodega La Pascuala en Valencia
Restaurante Bodega La Pascuala
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
6,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Sabados (solo almuerzos) y Domingos
Nota de cata PRECIO MEDIO:
11 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.3
Comida COMIDA
5.6
Precio medio entorno ENTORNO
5.0
RCP CALIDAD-PRECIO
8.5
Bocata Sobornista
Bocata Pascuala
Bodega La Pascuala
Opiniones de Bodega La Pascuala
OPINIONES
7

De nuevo y ante la prevista cena de verano del grupo de cata, hay que procurar distanciar las ingestas, así que almerzo y cena parece lo más consecuente dejando la comida a algo muy frugal.

Tras el fallo del local de Serrería por vacaciones y La Peseta por cierre semanal, nos encaminamos a este templo del almuerzo XXL. Renuncias de última hora hace que seamos dos y llegamos justo para no tener que esperar ya que en pocos minutos se monta cola de espera. Nos ubican en la mesa casi peor, pequeña pegada a la nevera y a la entrada de baños y cocina y hubiera merecido la pena una corta espera porque la cantidad de mesas en los dos comedores y la terraza hace previsible una corta espera; pero...nos sentamos. El servicio tan voluntarioso como eficaz y una cocina que debe funcionar al 300% de rendimiento para llegar a tantos servicios a la vez y durante tantas horas seguidas.

Hay un cambio conceptual ya que si compartes el bocadillo XXL no tiene precio de menú (7.45€ en laborables y 8.95€ en frestivos, vísperas y noches) sino precios unitarios (bocata, cerveza, café..). Este hecho ha aumentado el gasto en papel de aluminio para llevarse el almuerzo que sobra. No ha cambiado el local, ni la gente, ni la carta de bocadillos. Tampoco las aceitunas y cacaos de entrada sin ser de calidad; la cerveza se sirve en vasos que recuerdan los antiguos de Duralex de toda la vida en casa lo que estéticamente no es nada interesante.

Pedimos las cervezas de presión y encargamos los bocadillos:

. medio de queso fresco de cabra, mojama y tomate: pan muy bueno y calidad correcta de ingredientes sin excesos en el rellenado.

. entero, en pan redondo, de hamburguesa (200 grs) de buey Black Angus, bacon, cebolla, queso y tomate: la carne un poco pasada de plancha que empeora el aspecto y algo de sabor en un pan muy llamativo y muy correcto, aunque menos crujiente que la "flauta".

Rematamos con dos cremaets correctos y repetimos cafés. No cobraron ningún extra por el cremaet que sirvió para una mínima sobremesa porque seguia habiendo gente a la espera (12 h) que no sé si iban a almorzar o a comer. Como muchos de nosotros.

Local que parece que cuando suben la persiana ya están sentados los clientes. Siempre lleno, siempre con cola de espera (hoy no mucha) pero todo controlado por la jefa, Merche, que tiene un google maps en la cabeza. También Pepe con el teléfono arriba y abajo, reponiendo botellas en las neveras distribuidas por la sala aprovechando cualquier columna o rincón. Tenemos suerte porque sin reserva, nos colocan casi en la escalera, en una pequeña mesa para dos, tanto que tenemos que dejar el servilletero entre los escalones.

La carta de comidas ha cambiado en el nombre de los bocadillos (no me parece que haya cambiado mucho la composición de los mismos). Los encargos de comida previos siguen siendo los mismos (paella a 8€ la ración) y el tamaño (entero o medio) de los bocadillos no ha cambiado afortunadamente. Hay una carta de vinos con suficientes opciones de bajo costo, sobre todo pensando en gente joven y bocadillos.

El servicio en sala y dentro del caos y trasiego de salida de bocatas desde cocina, a veces hace que lleguen a la mesa los bocadillos un poco dispersos pues más que la coordinación interesa la rapidez de salida. Mientras tanto toman nota de la bebida y la acompañan con unos cacahuetes enteros y unas aceitunas con algún variante en vinagre.

Dos para ¿?¿? a las 12h de la mañana; puede ser almuerzo tardío, aperitivo o comida temprana; pero está todo lleno así que habrá gente para cualquier planteamiento. De momento un cerveza y una clarita con limón. El encargo de la parte sólida:

. Los bocadillos (nos conformamos con medios y que compartimos): "Susan": carne de caballo plancha, jamón serrano plancha y cebolla y "Javi" con longanizas, patatas fritas, bacon y ajo aceite. Genial el pan crujiente, con la miga exacta necesaria; los ingredientes sin ser destacable la calidad del producto, está en buen nivel así como la fácil elaboración en cocina. No es otro el planteamiento que se espera. Me quedo con la especialidda de la carne de caballo muy finamente cortada.

. Ración de calamares rebozados: amplia ración, rebozado poco aceitoso, pero el calamar con una textura demasiado blanda, seguramente por hervido previo. No merecen la pena y menos pensando que el costo (9,50€) es casi la mitad del total.

No hubo cafés ni otros extras por necesidad horaria. Coges ticket y a pagar en caja. Hasta otra.

 

Tras la reciente visita decidimos probar esos encargos. Sábado a medio día y con reserva previa del dia anterior casi de milagro, comprobamos que estaba más que lleno; la cola llegaba al Burger King; incluida la terraza donde la gente se aferraba a la silla para no volarse por el viento que hacía.

Cuatro para comer en mesa cómoda y amplia (¡aleluya!) cerca del ventanal de la entrada (¡con vistas!) y con encargo previo de arroz de bogavante y all i pebre, pero no podemos resistirnos a los bocatas, así que pedimos de aperitivo:

. bocata de la casa: carne de caballlo, queso, cebolla, tomate en el pan y bacon: muy bueno.

. bocata de jamón (en lugar de lomo), huevos fritos y patatas fritas: muy bueno.

. calamares a la romana: buena ración, sin exceso de rebozado ni de aceite. Cumplen bien.

Previamente habiamos dado cuenta de unas buenas aceitunas negras en aceite y de unos cacaos enteros, ambos por cortesía de la casa. Por error no pedimos medios bocatas lo que dificultó acabar con el encargo:

. arroz caldoso de bogavante x 2: bien de tropezones, buen punto de cocción del arroz pero algo pasado de sal y como vino al centro de la mesa quemando no, lo siguiente, pudimos rebajar ambos problemas con un poco de agua sin perder mucho de sabor. Ración XXL.

. all i pebre: ya en el encargo nos advierten que no todos los días hay anguilas y como el encargo equivale a la compra del día, pues hubo plan B que fue sustituir las anguilas por gambones, sepia, calamar y rape: más que amplia ración, bien de tropezones, mucho picadito de frutos secos en el fondo, bien de especias quedando casi más como una caldereta de pescado. En realidad salió en taper y sirvió para la cena porque nos sentimos incapaces de tomarlo "in situ".

Para beber vamos al clásico vino y gaseosa. El primero una botella de tapón de rosca de Castillo de Utrera, y la gaseosa Chust (de Coca Cola) más un par de aguas Lanjarón. Rematamos con 4 cremaets y mirando de reojo por si había más gente en la barra esperando para sentarse.

Un sitio que hay que conocer, pero al que hay que ir conociendo previamente el terreno para así disfrutarlo.

Lugar que se encuentra en todas las guías valencianas de lugares donde almorzar y que tiene como emblema el tamaño XXL de sus bocadillos. En realidad es un pan de cuarto (barra clásica) la medida standar, aunque con opción de medio bocadillo.

El nuevo local cerca del mar,con terraza exterior sobre la acera y en el interior un amplio local en forma de L con la barra de por medio, con suelo mezcla de madera y ladrillos de cerámica; las mesas también mezcla de unas con mármol y otras con aquel famoso railite; las sillas también con mezcla de sillas de terraza de aluminio con otras de madera y nea en el asiento. Todas ellas muy, pero que muy cerca, aprovechando cada esquina o columna interior. Sobre las paredes enmarcadas un gran número de fotos antigüas de la zona. Una campana anuncia a la vieja usanza y al grito de "¡¡bote!!" cuando hay propinas.

Mucha gente de todo tipo, lugareños que conocen a las camareras, gente jóven (incluso extranjera) a lo que contribuye el cercano Politécnico universitario, grupos de amig@s... En la sala no está Pascuala, pero está Merche que controla, distribuye, ayuda, sirve o recoge mesas, y lo que haga falta; con ella un ejército de camareras (¡no hay paridad de género ni de lejos!) por zonas pero que refuerzan si hace falta porque Mari, Sara, Mónica y otras hacen que cada mesa tenga 3-4 turnos con facilidad a nada que la velocidad de los comensales contribuya.

La carta de comidas incluye, por supuesto, su fuerte: los bocatas, casi 50 opciones distintas, muchos con nombres de mujeres. En la otra cara de la carta tenemos unas pocas opciones de tapas y raciones clasicas (bravas, salpicón, queso fresco, esgarraet, calamares). Unas especialidades, pero ¡ojo!, todo por encargo: conejo, all i pebre, fideuá, guiso de caballo y unos cuantos arroces. Además hay un menú del día y hoy eran lentejas y dorada.

Los vinos, un total de 16 y pocos de ellos por copas, en un escalón de vinos de bajo precio; allí la gente es más de jarra de cerveza, vino en porrón, sangría y similares pues estamos con unos precios en los que la botella de vino podría duplicar el precio de la comida.

A donde fueres, hazo lo que vieres y allí lo que hay que probar son los bocatas, así que a por bocata (esta vez me limité a medio) y en concreto a su especialidad: "El Super" con carne de caballo, bacon, queso, cebolla dentro de un pan, previamente untado con tomate. Gran elección. Si vais varios parecería aconsejable compartir bocadillos y ampliar el número de opciones probadas tan interesantes como sobrasada con patatas fritas y bacon, 4 hamburguesas de carne de caballo con cebolla deshidratada queso y tomate, huevos fritos con lomo y patatas fritas, etc.

Previamente y sobre la mesa ya hay unas aceitunas y algunos variantes y otro plato con cacaos con corteza que recuerdan, como los grandes bocatas, a esos almuerzos de hace años y sobre todo de oficios como la obra, el campo ... en la que tras el bocata tocaban varias horas de trabajo físico importante.

Para beber un doble de cerveza que hubo que repetir para acabar el bocata. Tras ello un "cremaet" que de nuevo te teletransporta a los años 60-70, cuando aún se almorzaba sentado a la mesa y con tenedor e incluso cuchillo, cuando no, con cuchara. Ahora son más los almuerzos de sandwich de lechuga envasado mientras caminas de un sitio a otro o, en el mejor de los casos, sentado en la acera a la sombra de un árbol. Y le llamamos progreso.

Muy típico. Abstenerse glamurosos. A un precio de 5,95€ el menú (todo incluido, menos la cerveza repetida). Al salir pasas por la puerta de The Burger King y está vacío. No me extraña.

Las cosas que tiene leer Verema. Un exitoso hilo acerca del almuerzo reivindicando esta comida mediomañanera, tan arraigada por la zona de Levante y que para muchos de nosotros supone uno de los mejores momentos del día, hizo que se le encendiera la bombilla a mi traicionero subconsciente que ordenó de forma lúcida poner camino a este local especializado en estos menesteres.

Era el día perfecto. Aprovechando los rescoldos de adrenalina que vagan por el cuerpo tras un largo turno de trabajo y que provocan una forma... no sé... diferente de ver la vida aunque tan ilusoria como transitoria... allí nos plantamos.

Lleno a reventar pero está todo controlado. Te apuntan en una lista para llamarte en cuanto se vacíe alguna mesa. Ambiente de batalla y muy ruidoso en un local que se viste con ese punto trasnochado, rancio y descuidado que a veces me resulta atractivo pues provoca en uno esa nostalgia del tiempo detenido y recuerdos de niñez.

Al fin en la mesa, donde nada más sentarnos nos traen un plato de Cacaus amb Corfa (cacahuetes con cáscara) y otro de Variantes. Para entonces ya teníamos pensado los bocatas que íbamos a compartir como buenos hermanos. Así quedó el tema:

Bocata Pascuala. Compuesto por lomo, bacon, queso, cebolla plancha y tomate rallado.

Bocata Sobornista. Bocadillo, en este caso frío, compuesto de atún, anchoas, olivas, tomate troceado y cebollita tierna.

Ambos bocatas con buen pan crujiente y de tamaño XL repletos, sin atisbo de escamoteo alguno, de cantidad de mezcla que provoca un merecido deleite mundano y que logra, en mi caso, que te olvides durante unos minutos de lo rápido que pasa la vida. Usan buen género ajustado al entorno y perfil en el que se mueven.

Para beber cayeron dos jarras de vino con gaseosa y para rematar... dos carajillos cremaets (quemaditos).

A pesar de ser la primera vez que iba mi intuición me decía que debía invitar a mi compañero. El precio irrisorio me hizo reflexionar acerca de las diferencias en este apartado con otros locales que dan menos por más. No será la última vez que nos vean por aquí.

  • Bocata Sobornista

    Bocata Sobornista

  • Bocata Pascuala

    Bocata Pascuala

  • Bodega La Pascuala

    Bodega La Pascuala

y pantagruelico como dice kopicki.invitado por mi hijo y unos amigos
hacia la playa que nos vamos aparcamos los coches cerca y entramos a
una bodega-bar-rest.tipico de la zona y empiezo a ver gente con unos
bocadillos enormes y unos platos exactamente igual,nos sentamos y los chavales empiezan a pedir,plato con hamburguesa de caballo, patatas
cebolla, bacon, queso,dos y para los demas unos bocadillos en pan de
cuarto unos con carne y como los platos un monton de ingredientes mas
que se salian del bocadillo,y estaban "buenos".acompañados de cacahuetes,olivas,cerveza y VI I LLIMONA,dos infusiones y tres cafes
algunos de ellos tocados.precio:32'50.paseito corto por la playa y
regreso a casa,yo,los chavales siguieron algun rato mas.como experiencia no ha sido mala,pero aconsejo alargar la proxima visita.

Bodega tradicional ubicada en Eugenia Viñes famosa en el barrio por sus pantagruélicos almuerzos y sus ajustados menús.
Tomamos el siguiente menú:

De entrantes nos pusieron: clochina valenciana y all y pebre de Rape, correctos ambos. De plato principal arroz meloso de bogavante, bueno y con posibilidad de repetir.
Postres caseros como el socorrido tiramisú.
Acabamos con cafés quemados. Todo con vino de la casa incluido 20e.
Imprescindible reservar.Abstenerse "glamourosos".

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