La bebida ha sido clásica: vino con gaseosa y dos carajillos. A veces este tipo de bebidas, cuando no hay opciones válidas, hacen ilusión.
Las cosas que tiene leer Verema. Un exitoso hilo acerca del almuerzo reivindicando esta comida mediomañanera, tan arraigada por la zona de Levante y que para muchos de nosotros supone uno de los mejores momentos del día, hizo que se le encendiera la bombilla a mi traicionero subconsciente que ordenó de forma lúcida poner camino a este local especializado en estos menesteres.
Era el día perfecto. Aprovechando los rescoldos de adrenalina que vagan por el cuerpo tras un largo turno de trabajo y que provocan una forma... no sé... diferente de ver la vida aunque tan ilusoria como transitoria... allí nos plantamos.
Lleno a reventar pero está todo controlado. Te apuntan en una lista para llamarte en cuanto se vacíe alguna mesa. Ambiente de batalla y muy ruidoso en un local que se viste con ese punto trasnochado, rancio y descuidado que a veces me resulta atractivo pues provoca en uno esa nostalgia del tiempo detenido y recuerdos de niñez.
Al fin en la mesa, donde nada más sentarnos nos traen un plato de Cacaus amb Corfa (cacahuetes con cáscara) y otro de Variantes. Para entonces ya teníamos pensado los bocatas que íbamos a compartir como buenos hermanos. Así quedó el tema:
Bocata Pascuala. Compuesto por lomo, bacon, queso, cebolla plancha y tomate rallado.
Bocata Sobornista. Bocadillo, en este caso frío, compuesto de atún, anchoas, olivas, tomate troceado y cebollita tierna.
Ambos bocatas con buen pan crujiente y de tamaño XL repletos, sin atisbo de escamoteo alguno, de cantidad de mezcla que provoca un merecido deleite mundano y que logra, en mi caso, que te olvides durante unos minutos de lo rápido que pasa la vida. Usan buen género ajustado al entorno y perfil en el que se mueven.
Para beber cayeron dos jarras de vino con gaseosa y para rematar... dos carajillos cremaets (quemaditos).
A pesar de ser la primera vez que iba mi intuición me decía que debía invitar a mi compañero. El precio irrisorio me hizo reflexionar acerca de las diferencias en este apartado con otros locales que dan menos por más. No será la última vez que nos vean por aquí.
Bocata Sobornista
Bocata Pascuala
Bodega La Pascuala
La bebida ha sido clásica: vino con gaseosa y dos carajillos. A veces este tipo de bebidas, cuando no hay opciones válidas, hacen ilusión.
...je, je... y sobre todo cuando no hay ninguna otra opción. Como bien dices, hace ilusión... que dicen que mueve montañas :-)
Pues cuidadín que la última vez me pareció ver vinos, lo que pasa es que cuando voy me mimetizo con el entorno. Ya te contaré.
Pues si, hace recordar etápas de juventud etc.
Saludos.
Pues no me percaté.
No pasa ná!!... que habrá una próxima vez.
Lo comprobaré, de momento no me hagas mucho caso. Son de esas cosas que luego recuerdas como un espejismo.
Por cierto, me sorprende que le des también a este palo, con esa pinta de Finito de Córdoba que tienes en versión restaurantera. Jaja!!
Eres una máquina.
Hay algun vino y vermut!
No gran cosa por cierto el vermut
Bocata en formato XXL ideal para gente currante. Un bocata de tal dimensión te quita el stress rápidamente ;-)
Abrazotes
Esos bocatas apagan cualquier rescoldo de adrenalina en fase de metabolización. Además la caida de sangre al aparato digestivo para digerir esas "flautas", roban sangre del cerebro y si además salen las endorfinas del cansancio y la vista se nubla por el cremaet..... casi un nirvana.
Saludos
En estos tiempos de crisis que hemos pasado, que bonito queda mantener esas grandes y sanas tradiciones del almuerzo, vino y gaseosoa, carajillo, aceitunas, cacaos, etc.
Como se podria decir de forma cariñosa. Alta cocina sin pretensiones modernistas. Ojo: nadie espere decostrucciones de productos, nitrogeno en la cocina, etc, etc
Ok. Esas cosas que comentas no vayas a pensar que están relacionadas con la edad, no, no, que va... ni muchísimo menos :-P
Hay que tocar todos los palos aunque sea de oído. Que no nos lo tengan que contar, Oti.
Tú si que eres un monstruo ;-)
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