Con ganas de repetir

Y es que la compañía no me dejó pedirme dos de los platos que me estaban llamando a gritos, de hecho, creo que aun los oigo de fondo, el revuelto de lechecillas, y la madeja con chips de yuca ...

De entada su situación es buena, en pleno centro a un paso de las zonas de mayor atracción turística y comercial de la ciudad. Para los que no lo sepan, emplazado en las instalaciones que anteriormente tenía el Ficatum. Muy estiloso, entremezclando un aire vintage -que le dan el tapizado/empapelado de las paredes y las lámparas de piedra- , con el más desenfadado de las fotos que visten las paredes, francamente agradable y muy logrado para ser una bocatería, con cierta proyección, pero bocatería al fin y al cabo. Conviene reservar, pues está hasta los topes un sábado por la noche. EL trato muy cordial y cercano, francamente agradable. Y eficaz pese al bullicio reinante. Montaje de mesa acorde a lo que es.

Vinos bien, contextualizando, muy bien, con algún pero en el servicio del mismo -visto que la casa se interesa por el tema, hay que mirarlo como una crítica constructiva , ya que no son mas que detalles-, por un lado la ausencia de alguna referencia – como Alonso del Yerro -a un precio absolutamente increíble, 19€-, la forma de abrir la botella, la colocación de las copas, decentes por otro lado, en la mesa –aunque esto puede ser algo personal, ya que no me gusta nada el encontrármelas boca abajo- y mejorar un poco la oferta de vinos por copas, bastante vulgar en comparación con la carta, pero como digo, son más bien detalles, viendo el entusiasmo que se les ve. Nosotos pedimos un Transhumantes a 12€, y una copa suelta de un rioja genérico a 1,85€.

En la carta puedes encontrar una página de ensaladas, otra de bocadillos una de platos variados, y postres para terminar. Nosotros repetimos, como acabo de percatarme, los bocadillos de Pablo, uno de presa ibérica, romescu y tortilla de nueces (el mejor), uno de solomillo de avestruz y rúcula (bien), y uno de jamón ibérico calamares y alioli negro (todos entre 6 y 6,60 €) -curioso, y no por ello malo, aunque el sabor del jamón quedaba muy amortiguado y en segundo plano- precedidos por un par de platos al centro, uno a base de carpaccio de pulpo con parmentier y helado de remolacha (11,50€). Sensacional, y un rissoto de foie y trufa (12,90€), más que correcto. Postre no tomamos, aunque quizás empieza a ser preocupante el precio que están empezando a darles a los mismos por ahí, pero eso quizás daría para un hilo en sí.
Total 60,95 € de tres personas, lo ya citado, además de 1,80 € de la ración de pan, y 1,50 de una caña en barra. Como digo, merece la pena y mucho, no descarto acercarme de nuevo este viernes, si hay sitio…

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