Restaurante Fastvínic en Barcelona
Restaurante Fastvínic
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
16,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
23 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.0
Comida COMIDA
7.8
Precio medio entorno ENTORNO
7.0
RCP CALIDAD-PRECIO
5.0
Opiniones de Fastvínic
OPINIONES
2

Fastvinic es, tal como dice su nombre, un fastfood de vinos. Surgió como lugar de bocadillos de Monvinic, el adyacente winebar barcelonés por excelencia y que, según dicen, es el mejor del mundo. Con el criterio de emplear ingredientes ecológicos de primera calidad, un plan de sostenibilidad y tal y tal, sigue la estela de otras aventuras similares, como la del malogrado Fastgood, que en su momento emprendió NH hoteles bajo la tutela de Ferran Adrià. Quizá su seña de identidad más distinguible es que ofrece la posibilidad de tomarse un bocadillo con una copa de vino decente en un lugar bonito… y la verdad es que poco más.

Desde luego Fastvinic no ha inventado la rueda, ni tampoco su carta muestra inquietudes extravagantes. Eso sí, se presentan cuidando mucho el envoltorio, ya que, como suele ser habitual en este tipo de negocios, la sencillez de su oferta se suple con una elaborada y atractiva imagen. Hay que admitir que su interior es agradable, consiguiendo transmitir con acierto una moderna calidez a la escandinava, y podría confundirse fácilmente con un bagels and juice holandés o un café de Estocolmo. Diseño nórdico por tanto en sus sillas de Plywood, estanterías con macetas, respaldos acolchados y lámparas de autor (Wieki Somers y Bertjan Pot).

Aparte de sus ensaladas y algún gazpacho o crema, los bocadillos dominan la carta. Menos que en la primera ocasión nos gustó el Kebab, un poco sosaina y más seco que de costumbre. Sigue siendo en todo caso la propuesta más autóctona que conocemos para este tradicional rollo persa, pues la carne sabe a auténtico cordero de pueblo catalán. Nada que ver con la que suele afeitarse de esos compactos tambores industriales tan comunes.

Tampoco estuvo mal su Bocadillo de trucha ahumada con huevas, rico aunque de nuevo carente de toque personal. Palabras mayores fue afortunadamente su Hamburguesa de vedella leridana. Voluminosa, jugosa, suave y aderezada con un magnífico Ketchup de Cal Valls.

Para los que vienen en busca de vino, disponen de un par autoservicios con una veintena de botellas de tinto (denominaciones de origen catalanas), con precios que oscilan entre los 2,5 y los 8 euros por copa. Las pantallas LCD anunciando los bocadillos de la semana y unas máquinas de triturado y reciclaje de envases completan el despliegue de tecno-dispositivos. Muy mono en definitiva, muy pijo todo y muy del gusto de la clientela, que se nutre sobre todo de ejecutivos y empleados de oficinas a mediodía y se vuelve más heterogénea al atardecer. En cuanto a precios, se les va un poco la olla en según qué cosas (10 euros un kebab???!!!).

Mucho se habló hace unos meses de Fastvinic y, por lo que pudimos leer en la web, dio pie una encendida discusión entre quienes lo defendían como alternativa sana y sabrosa de fastfood y otros tantos que lo menospreciaron, tachándolo de lugar pedorro y caro sin demasiado que aportar. Pues bien, aunque la cosa tenga una sobrada dosis de estrategia y aunque creamos que le pueden sacar mayor jugo a la idea y ser más atrevidos en su carta, pensamos también que aquí hay potencial culinario. El nicho del fastfood de calidad se ha empezado a explotar recientemente, y hay algunos detalles que apunta Fastvinic que resultan interesantes. Por eso nos parece que no se debe tomar este invento ni demasiado en serio, ni demasiado en broma.

No abro ficha nueva aunque los restaurantes no tengan nada que ver pero la filosofía (y la propiedad) es la misma. Fastvinic es la interpretación que hace Monvinic de los restaurantes de "fast food". Ambos locales están a unos 20 mts de distancia.
Nuestra intención era comer en Monvinic pero descubrimos que cierra los fines de semana y nos acercamos a Fastvinic pensando que, con ese nombre, algo tendría en común.
En cuanto a entorno, el local tiene una decoración simpática (tipo IKEA) donde varias pantallas muestran el menú, la carta de vinos y la carta de vinos por copas. Pides en caja y te dan un número para llevarte la comida a la mesa ...

...COMIDA: una serie de ensaladas, bocatas y tapas elaboradas al momento y a la vista del comensal. Diré que son "fast food" porque las sirven en una bandeja con menaje de plástico pero por su calidad superan lo comido en muchos restaurantes. En mi caso tomé una ensalada de rúcula, parmesano y pasas realmente exquisita y de segundo disfruté con un bocadillo de perdiz escabechada que era una maravilla; uno de esos bocatas con un sabor excepcional donde "chorrea el aceite" al morder ¡¡el mejor bocadillo que he comido en muchos años!! Mi acompañante tomó una ensalada de lentejas muy rica y otro bocadillo de roast beef, mostaza y miel que era otra obra de arte. El pan, no hace falta decirlo, estaba de muerte.
Quizás donde flojea Fastvinic es en los postres pues en carta no hay nada contundente para cerrar el festín. Mi opción fue una ensalada de frutas (muy frescas pero fruta al fin y al cabo) y mi acompañante tomó fresones con nata/vainilla de excelente sabor.

BEBIDA: Aquí es donde quedé maravillado. Metidos en vitrinas climatizadas tienen unos 20 vinos por copas (6 blancos, 12 tintos y dos dulces). En caja compras una tarjeta que recargas con la cantidad de euros deseada (yo empece por 10 y acabé en 25). Dicha tarjeta la insertas en la máquina-vitrina, tomas un vaso (Riedel) lo colocas en el grifo del vino elegido pulsas el botón ... ¡¡y a disfrutar!! No recuerdo cuales eran pero entre 2 y 11 euros la copa puedes catar blancos y tintos catalanes servidos a la temperatura adecuada y en cantidad generosa (también venden por botella pero creo que es mejor disfrutar de la variedad).
Por último sirven cafés e infusiones todas ellas naturales.
Añadir que todo los productos son catalanes pues como parte de su filosofía está el respeto al medio ambiente y consideran esencial comprar lo más cerca posible para hacer una restauración sostenible y con calidad. De hecho, creo que la mayoría de los proveedores también los son de Monvinic.
En definitiva, un "fast food" de calidad excepcional acompañado de una oferta de vinos muy buena. Sin duda para repetir cuando se quiera comer rápido pero bien.

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